1. Rompiendo la monotonia (2)


    Fecha: 09/02/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: marori69, Fuente: RelatosEróticos

    ... indefensas y expuestas para nuestro deleite, uso y disfrute.
    
    Fui directamente a la mesa y tense la polea un par de vueltas. El cuerpo de María se tenso, arqueando la espalda y exponiendo sus enormes tetas. Agarre una fusta y se las empecé a golpear, dejando varias marcas rojizas en ellos. Tense un poco más la polea y le puse unas pinzas en los erguidos pezones. Eran metálicas y bastante fuertes, y apretaban sin piedad. María se retorcía y babeaba, pero no soltó ni un gemido, sin embrago su raja empezaba a lubricar, y su cuerpo a sudar. Me fije en Manuel, que había amordazado a su hermana, y comenzaba a azotarla con un látigo de varias colas. Le daba bastante fuerte, porque las marcas se dejaban ver enseguida. Le comete que no la marcara mucho, que nos quedaban días de playa, a lo que, con cara de resignación acepto, después de descargar un golpe más duro que los anteriores, respondido por un ahogado grito de Vanesa. Le unto aceite en la espalda y nalgas, para que los latigazos doliesen igual pero marcaran menos.
    
    Me dirigí a mi cuñada, amarrada al potro, y aun sin usar, intentado ver que hacíamos, per o no podía desde su posición. Para su mayor tormento, le vende los ojos y le tape la boca también.
    
    Unte su culo con mucho aceite y le lubrique bien sus dos agujeros, para después darle unos azotes con una raqueta de piel. A pesar del aceite, enseguida se puso rojo. Yo necesitaba follar ya o mi polla iba a estallar, cuando vi a Manuel haciéndolo con su hermana en la cruz, de manera bastante fuerte. Parece que los dos estábamos igual. Sin mas metí mi polla en el culo de Silvia, que la trago de golpe y sin resistencia. Ella se estremeció un poco y empezó a jadear, pero no le di tiempo a terminar, porque me corrí dentro enseguida. Seguí dándole un rato mas mientras veía a mi cuñado, que también había terminado de bombear dentro de su hermana. Los dos optamos por el culo, porque del de mi mujer, dilatado y rojo, salía un chorro de semen muslos abajo. Le quite la mordaza a Silvia y llame a Manuel para que nos chupara y limpiara la polla a los dos.
    
    Tensamos un poco más la polea de María, que ahora si parecía estar al límite, y en esa postura, comenzamos a azotar si vientre y sus pechos, con bastante fuerza. El látigo de 7 colas, además, dejaba algún correazo extra en su pubis, y alguno incluso llegaba a los labios de su vagina, arrancándole este algún gemido, por fin. Con una fina vara de bambú, le azote los inhiestos y turgentes pechos, y uno de los golpes, dio de pleno en un pezón, soltando de manera brusca la hiriente pinza de metal, que dejo el pezón muy marcado y enrojecido, y la hizo volver a gemir y arquear la espalda. Dimos por concluido el castigo aquí, y aflojamos la polea para dejarla descansar un poco. Soltamos también a Vanesa, pero para darle la vuelta y dejarla de frente, viendo por primera vez la totalidad de la sala. Manuel le puso unas pinzas en los pezones, similares a las que lucía María. Con una cuerda comenzó a rodear sus ...
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