1. Las nalgas rosadas de Pauleta


    Fecha: 05/09/2019, Categorías: Zoofilia Autor: Piglinsex, Fuente: SexoSinTabues30

    ... pernada.
    
    La puse paralela a mi cuerpo, dándome la espalda, con la verga parada debajo de mi pijama la comencé a arrimar haciendo a un costado su cola, le sobé las tetas y amacé sus muslos. Escupí en mi mano y ataqué su sexo, aunque su vagina casi no lo necesitaba, mi dedo medio entró sin oposición, era una cerda limpia, yo ya la había bañado, así que acerqué mi boca para prepararla, el sabor inconfundible a dulce se adormitó en mi lengua, y a medida que mi lengua entraba ella comenzó a gruñir de manera lastimera . El aceite lo unté en su parte baja, le había quitado los pelos con anterioridad, y el panorama era rosa, y se iba a poner más rosa adentro.
    
    La hice parar sobre la cama, y le puse una falda al rededor de su cintura, o lo que fuese que tienen las cerdas, la cuestion era que sus muslos le dieran forma; ella misma quitó la cola, le hice masajes en la espalda y ponía mi peso para qué se preparara, me bajé todo lo que tenía abajo hasta las rodillas, escupí en mi verga y empecé, primero el glande se adentro en su capucha, con cuidado empecé a hacer presión a pesar de que ese momento ya era delicioso, la puta traicionera se fue para atrás para clavarsela toda, casi eyacule en ese momento. Mi verga tiene un tamaño decente, pero la pucha de Pauleta estaba en la cima. Solo podía disfrutar de la bombeada, era carne contra carne, solo tenía deseos carnívoros, y pude haber jurado en ese momento, aunque suene gracioso, que sentía sabores con la verga.
    
    -Puta puerca, te gusta?, Qué rica concha rosa, ufff. Naciste para esto.
    
    Mientras divagaba en frases impuras y sin sentido, mi aguante estaba tocando fondo, tenía entendido que el coito entre cerdos era prolongado, pero estaba siendo derrotado, subestimé la succión. Para terminar la abrace por completo, su cola rozaba mi costado y bajo de ella sus nalgas jamones eran embestidas por todo mi cuerpo y finalmente sucedió, en la embestida en qué solté el semen ella apretó fuerte.
    
    -ohhhhh, ufffff, mmmmmmhh. No la voy a sacar. Mmmh
    
    Así me quedé con ella, chocando y saliendo para recuperar mi deseo, esa noche lo hice un par de veces más todavía, de cucharita y otra vez de Doggy, incluso hice la idiotez de comer mortadela mientras me la cogía, fueron raros y deliciosos momentos; Pauleta es una concha jugosa que me espera sin peros, y cuando me aburro de la concha pruebo el culito, no le gusta tanto, pero ya se lo sabe de costumbre. Puedo dejar para otro relato la primera vez que le follé el ano; aunque ya no lo hacemos tan seguido es confiable, pero uno sabe que no es bueno comer chicharrón todos los días. 
«12»