1. Las nalgas rosadas de Pauleta


    Fecha: 05/09/2019, Categorías: Zoofilia Autor: Piglinsex, Fuente: SexoSinTabues30

    Han pasado vários meses desde que la tengo conmigo. Todo empezó al rededor de mayo del año pasado, cuándo una tía por parte de mi papá, al parecer se decidió por comprar un perro de raza para su hija, mi prima. Ya desde antes tenían una minipig, pero al parecer ya no era del agrado de mi tía, pues era un animal algo grande que era hostil con la nueva mascota; es ahí cuando decidieron regalar a la «Pauleta», nombré que le puso mi prima para parodiar a alguien.
    
    Pauleta ya tenía algunos años con ellos, y mi prima quería conservarla, pero me dieron a entender que el animal ya no podía quedarse mucho tiempo en su casa; fué entonces que decidieron buscar un nuevo dueño para ella, el problema con los cerditos, como es obvio, es que la mayoría de la gente solo los ve como comida, y dárselo a cualquiera solo les iba a dar preocupación; fue por eso que se la ofrecieron a gente cercana y de la familia, nadie la quería al parecer, y finalmente me la ofrecieron a mí, yo como es evidente me interesé al saber que era una hembra no estilizada.
    
    Me la trajeron un día sábado, con un «vestido» rojo, un collar y una gran bolsa de comida. Fué algo incomoda la situación, pues hablaron conmigo de los cuidados, y demás consejos. Yo ya vivía solo desde el inicio de la pandemia y tenía espacio, esa privacidad me permitió disfrutar de mis amantes ocasionales, generalmente caninas y en ese momento iba a tener a una cama adentro.
    
    La primera noche fué más de exploración, he de decir que ella fué difícil al principio, y me esperé algo así puesto que no me conocía, comía bastante y aprovechaba eso para dejar comida en mi cama y cerca a mi para que me tomara confianza; Pauleta es una minipig, de mini poco, blanca, tiene una mancha que va desde la parte delantera de su espalda hasta su cabeza y que baja un poco hasta su estómago, también tiene pelos en casi todo su lomo y el otras partes tiene poco o nada, es bastante gorda. Al rededor de la tercera semana ya la conocía por completo, y me tenía suficiente confianza como para pedir subirse a mi cama, fué entonces que comencé a tocar. Su vagina es deliciosa, comienza con su vulva porcina y ancha, la cual se levanta sobre su parte trasera como un corazón y se divide por un interior glorioso que en reposo asemeja una «Y», pero excitada se abre para entregar sus encantos, la primera noche que tuve sexo con ella se subió a mi cama cuando estaba con mi celular, no era la primera vez que la masturbaba, pero en esa ocasión el flujo viscoso que chorreaba de la concha me indicó que era el momento, su riquísimo celo había empezado.
    
    Ya lo había planeado, tenía aceite para lubricar más y una ropita para darle emoción a la cosa, mi exitacion iba a mil. Me exitaba que estuviesemos solos y nadie nos iba a molestar, me exitaba que quisiese una verga y que sus hormonas la volviesen loca, me exitaba que fuese «virgen» ya que nadie la había follado, era como un perra virgen reservada para el señor feudal, y esa noche exigiría mi derecho de ...
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