Alba, Cap. II: Cumpleaños con videollamada - Relatos Eróticos

Alba, Cap. II: Cumpleaños con videollamada

He hecho planes para el cumple de mi marido y os los voy a contar.

En la anterior reunión familiar tuvimos ocasión de dar cuenta de Elena, mi hermana mayor; y esta vez prepararé a mi otra hermana, Diana -la de en medio- para mi marido, por videoconferencia.

Hoy es su cumple y estoy un poco nerviosa antes de que llegue la hora a la que hemos quedado con Diana. Estoy con Ioane en la cama de nuestra suite de hotel de lujo y le escribimos para hacerle una videollamada mientras le hago una mamada digna de nombrar todos los panteones.

Diana está sospechosamente guarra aquel día. Nos extraña a los dos esta actitud, porque nunca había dado signos ello; podría haber mostrado algo de excitación por ser parte de un triángulo incestuoso conmigo y mi marido alguna vez, como me pasaba a mí con Elena, pero no era el caso en absoluto.

Ponemos la videollamada para hacer un show y comienza la magia que, sólo mi experiencia como modelo webcam, puede hacer inmejorable. Después de esta explosión de estímulos neuronales, Ío estará preparado para el resto de la fiesta que hay montada.

La muy cabrona ha traído puesto su conjunto favorito de lencería, que se adivina por debajo de su vestido blanco, dejando ver sus pechos bien puestos y toda la forma de sus pezones. En pocos minutos de llamada, Ío explicita su acuerdo con Alba, haciéndole saber a su cuñada que su mujer se la está chupando mientras charlan. Además, está casteando la pantalla para verse a sí misma también, la muy guarra.

Primero grabamos a Diana. Está haciendo un baile sexy para la cámara que le hace sentir cómoda y segura de sí, vestida con su lencería; y mientras ella sale en pantalla, dos móviles están grabándonos en la cama a los dos mientras se la chupo. Ío ve uno de nuestros vídeos X publicados al mismo tiempo en su móvil, para asegurarse de no perderse un detalle de nosotras dos esa tarde. Entre las dos vamos a hacerle explotar el rabo. Conseguiré que, al final de la conferencia, Diana se pregunte cómo ha vivido tanto tiempo sin que este rabo le dedique una buena paja, o mejor, una inolvidable.

Diana sigue bailando mientras la polla de mi marido sigue su camino hacia una brutal erección. Él está pensando en lubricarle las paredes vaginales con su líquido preseminal primero y su semen después. Seguro que guarda suficiente para las dos -o las tres, contando a nuestra hermana Elena-. Sabe perfectamente que va a follarme imaginando que ambas estamos allí para comerle los huevos a la vez, como buenas hermanas. Somos suyas y puede correrse en nosotras cuando quiera. Estamos encargadas de que hoy goce como nunca, y él está muy comprometido con dejarnos lefadas la cara y las gafas.

Cojo su pene erecto y empiezo a pajearle como a él le gusta, mientras mira a mi hermana, enseñándole la técnica a ella: se trata de coger la polla por su base de forma firme con toda la mano, subir apretando hasta el capullo y volver a apretar bajando hasta la base, tapando y sacando bien el glande cada ...