Las refugiadas 3 - Pilar y Jonatan - Relatos Eróticos

Las refugiadas 3 - Pilar y Jonatan

... momento le obedecerás sea lo que sea. Delante de quien te vaya a depilar te quitará el cinturón y te lo pondrá después de depilarte. Luego de dejarte en casa o usarte, se irá a devolver la llave a Ama Iris. El viaje que pagareis será desde la recogida hasta la devolución.

»Yo no me comunicaré contigo. Entrega el móvil a ama Iris que verifique que no tienes mi teléfono y si lo tienes que lo borre. Lo hará mientras miras como castigo a la puta. Cualquier comunicación entre nosotros será a través de la puta.

—El cornudo entiende que no es competente para comunicarse directamente con el Señor.

—Bien. Puta. ¿Has decidido el castigo por no tratar con el debido respeto a tu señor?

—Sí, Señor. Esta puta ha decidido que ya que vais a follarla después lo mejor es no castigar su coño. Por eso si le parece bien al señor esta puta recibirá cinco golpes en los pechos. —Pedro levantó una ceja—. En cada pecho, claro.

—¿Qué opina el cornudo?

—Al cornudo le parecen poco. El cornudo opina que deberían ser como mínimo el doble y muy fuertes.

—Ya has oído. Acércate. Pon las manos a la espalda y casa pecho. Me pedirás que te castigue. Lo contaras y me darás las gracias. Después te daré un morreo y me pedirás el siguiente golpe. —Se giró hacia Joaquin—. En cuanto a ti, coge las esposas que te da Ama Iris y espósate las manos a la espalda. No quiero que te masturbes viendo a la puta castigada y follada.

Olha le entregó las esposas metálicas y verificó que se las ponía a la espalda. Luego puso a grabar la cámara y le hizo una seña a Pedro. Él se puso a la distancia adecuada.

—Esta Puta solicita al Señor que la castigue por ser irrespetuosa.

Cerrando el puño lo alejó hacia atrás y golpeó con todas sus fuerzas el pecho de lado. Pilar se echó atrás.

—¡AUUUUUUUUUHHHHGGGGG! ¡Joder! ¡Cómo duele!

»Esta puta cuenta uno, Señor —dijo tras recuperar la posición—. Gracias señor.

Pedro le dio un morreo largo mientras le pellizcaba ambas nalgas. Se volvió a separar.

—Esta puta solicita al Señor que la castigue por ser irrespetuosa.

En este caso Pedro la golpeó con el puño izquierdo en el exterior del otro pecho. Ella se volvió a retorcer, aunque no perdió del todo la postura.

—¡AUUUUUUUUUHHHHGGGGG! ¡Joder! ¡Joder!

»Esta puta cuenta dos, Señor. Gracias señor.

Pedro le dio un morreo más largo y volvió a pellizcarla en ambas nalgas.

—Esta puta solicita al Señor que la castigue por ser irrespetuosa.

Pedro la pegó de nuevo con el puño derecho, pero esta vez en el interior de la teta que acababa de sacudir.

—¡AYYYYYYYYY! ¡Duele! ¡Duele de verdad!

»Esta puta cuenta tres, Señor. Gracias señor.

Pedro la morreó y pellizcó como antes dejando que las tetas se calmasen.

—Esta puta solicita al Señor que la castigue por ser irrespetuosa.

Pedro cambió de puño y de seno, apaleando el otro por dentro, por la parte que da al canalillo.

—¡AYYYYYYYYY!

—La puta se está mojando —indicó Olha—. Creo que esto no es un verdadero ...