1. Mi Pequeña Sofía – Parte 5


    Fecha: 03/01/2024, Categorías: Incesto Intercambios Lesbianas Autor: EscritorCaliente1, Fuente: SexoSinTabues30

    Desde que Abril se había unido a nuestros encuentros íntimos, nuestra casa se convirtió en un lugar donde reinaba la libertad sexual. Mi hija y su amiga sabían que podían expresar sus deseos y experimentar placer cuando quisieran y donde quisieran.
    
    No era raro que, estando sólo nosotros tres en la casa como cualquier fin de semana, dos o tres de nosotros estuviéramos involucrados en algún encuentro sexual en cualquier parte de la casa. Como ayer, por ejemplo, cuando bajé de mi habitación, yendo en dirección a la cocina, pasé por la sala y vi a Sofía chupándole la vulva a Abril sobre el sofá, quien gemía suave pero constantemente. Me había quedado viéndolas por unos minutos; hasta me había sentado un rato en el sillón de al lado de donde estaban ellas, y me masturbé un poco mientras disfrutaba del espectáculo. Ellas sólo continuaron como si nadie las estuviera observando, dando rienda suelta a sus deseos. Luego, fue el turno de Abril para chupar la vulva de Sofía, y mientras lo hacía, mi hija le acariciaba el pelo con una mano, se tocaba los pechos con la otra y me miraba con esa expresión de deseo tan deliciosa que tenía cuando estaba muy caliente.
    
    Recuerdo otra ocasión en la que yo estaba en la cocina preparando el almuerzo, Sofía se había ido a bañar, y Abril se había quedado en la sala, viendo una película para adultos y masturbándose con el juguete. Estaba cortando una lechuga mientras podía oír los excitantes gemidos de la amiga de mi hija, provenientes de la sala. Continué cortando la lechuga, no sin sentir que mi pene se había puesto erecto debajo de mi pantalón. Un rato después, hubo silencio, y pensé que quizá Abril ya estaba satisfecha, dejando de masturbarse. Me concentré en seguir preparando los ingredientes, cuando escucho su vocecita detrás de mí: – Señor Ronald, ¿me permite chupar su pene, por favor? – dijo la niña, con su educada forma de expresarse. Yo me giré y la vi casi completamente desnuda, de no ser por una camiseta roja muy corta que apenas llegaba por debajo de sus pechos. – Por supuesto, Abril, es todo tuyo, ven – le respondí, dejando el cuchillo sobre la mesa y lavándome las manos.
    
    La niña se acercó y le dejé vía libre para que hiciera todo el trabajo. Comenzó desajustando mi cinturón, para luego desabotonar mi pantalón y bajarlo junto con los bóxers. Mi erecto y duro pene se liberó, ya estando algo mojado. Ella lo tomó delicadamente con sus pequeñas manos, acariciándolo. – ¿Me enseña a chuparlo, por favor? – preguntó, mirándome con sus tiernos ojos. Ahora que lo pienso, ella no lo había chupado aún, seguramente deseaba experimentarlo. – Claro que sí, pequeña, yo te enseñaré – le respondí, y continué: – primero, lleva el prepucio hacia atrás para que quede descubierto el glande – le indiqué, tomando con cuidado su mano, apoyándola sobre mi prepucio y guiándola para llevarlo hacia atrás. – Aquí es donde más placer sentimos los hombres – le dije, señalando el glande. – Quiero que comiences lamiéndolo suavemente, ...
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