Trabajando para una empresa argentina - Relatos Eróticos

Trabajando para una empresa argentina

Trabajando para una empresa argentina

Tras unos meses trabajando en esa empresa argentina, situada en la capital, no entrando al trapo en especificar, si es Madrid, o la capital de Andalucía, pero bueno, eso es menos importante. Sino, cuando cierto día, se nos presentó la directiva en las oficinas, formada por empresarios y ejecutivos, de esos que apenas vez, y claro está, conoces. Individuos que, deseaban conocer más ampliamente la empresa, y, sobre todo, aquellos que la forman.

Intentaban romper el hielo, proponiendo finalmente para ello, proponer que, un día a la semana en este caso los viernes, quedando a la salida del trabajo, para irnos a comer, y después de copas. Siendo esta una sugerencia, y no es ni obligatoria, ni hubiera castigo para aquellos que, no fueran.

Día que finalmente, como he dicho previamente, fijaron para el viernes, donde nos fuimos a almorzar, alargando esta con largas conversaciones, donde confraternizábamos los unos con los otros. Donde tras dejar ese restaurante a altas horas de la tarde noche, acabamos en un pub, sentándonos en un reservado, y comenzando a irse algunos compañeros, dada la hora.

Donde recuerdo, como Cosme, el director comercial, no dejábamos de hablar, comenzando por lo laboral, pues intentaba que, me fuera a su campo laboral. Conversación que, poco a poco fue a temas más personales, hablándome primero de su esposa, dejando algunas pinceladas, y darle por alternar con preguntarme...

Recuerdo, como darme por alardear al hacerle saber que ambas, risas, y volver al tema de su mujer, confesándome en un momento dado su bisexualidad, y poniendo en juicio hacia aquellos que, eso no lo comprende. Comentarios que, me dio por decir...

Y joder, aun me pregunto a mí mismo, los motivos por el cual solté aquello, pues fue decirlo, quedándose mirándome un rato, y pudiendo sentir esa mano madura, posarse sobre mi muslo. Quizás mi acercamiento hacia Cosme, y claro está el dejarme hacer, no fue por otra causa que, mis gustos por los argentinos, gustándome desde su forma de hablar, hasta por como son.

Cosme, era un hombre alto, metro ochenta y cuatro de altura, cuerpo corpulento, se le notaba que se cuidaba, ojos verdes, y cabellos cortos con barba de días, y de aspecto muy varonil. Hombre cuyo acento argentino, me embriaga, como si fuera ese popper que me meto, y que, nada verlo tanto me pone.

Individuo que, comienza a deslizar su mano a lo largo de mi pierna, llegando a introducirla por la parte interna de mi muslo, ascendiendo hacia mi entrepierna, sintiendola palpar mi miembro, y como de un sobresalto, hundirme un poco más en ese respaldar. Y escuchar, aquello que, tantas veces he escuchado, pero ahora saliendo de su boca, diciéndome...

Suelta, mientras su mano derecha, no deja de acariciar mi miembro, pene que para esos momentos estaba ya morcillón, darme por recordarle... donde estamos, cuyo reservado estábamos solos ambos, y el resto desperdigado por el interior del local. Y volver a ...