1. La ingenua Mariana


    Fecha: 19/08/2019, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... para salir rápidamente en busca de mamá.
    
    Al poco tiempo llaman a casa diciéndonos que había sido escogida entre las finalistas y debía presentarme nuevamente para una nueva audición, la definitiva.
    
    Allí estábamos, en el mismo salón, pero esta vez el jurado era solo una pareja.
    
    Mamá tuvo que firmar un documento de algo de protección de datos y luego me hicieron pasar sola al salón, llevaba un maillot sin mangas color rosa con lentejuelas, y sin darme cuenta por los nervios empecé a realizar el ejercicio sin haber calentado.
    
    Empecé mi rutina con cintas, pelotas y colchonetas, en un momento del ejercicio sentí un tirón fuerte en la pierna, intente seguir sin que se notara pero el dolor iba a más y al apoyar el pie caí al suelo.
    
    La mujer del jurado corrió hacia mí, yo asustada solo pensaba en la presentación e intente levantarme.
    
    - Tranquila, no te levantes. Se nota que ha sido una tendinitis fruto de los nervios.
    
    - ¿Has calentado antes? Pregunto la mujer del jurado.
    
    - la verdad es que no, con los nervios y todo se me olvido calentar y no hice los estiramientos.
    
    - Pero hija, como se te ocurre empezar el ejercicio sin calentar.
    
    Yo solo podía hacer cara de circunstancia mientras intentaba levantarme.
    
    Inmediatamente la mujer salió del salón en busca del médico de la sala.
    
    Yo intentaba levantarme con la ayuda del hombre y al levantarme se dio cuenta que el maillot se había metido entre la rajita de mis nalgas y mi culo entero quedaba a la vista, al ver su cara dije-
    
    - huy, disculpe, debió ser en la caída.
    
    - tranquila, pero te recomendaría usar una talla mas.
    
    Llevo su mano a mi culo e intento colocar el maillot en su sitio no sin antes acariciar la nalga con un poco de disimulo diciendo-
    
    - Bueno menos mal solo fue atrás, donde llegue a ser por delante.
    
    Y empezó a reírse, se acercó a mí tomándome de las manos para sentarme nuevamente en el suelo diciendo.
    
    - Quítate las zapatillas y estira las piernas, dime más o menos por donde te duele.
    
    Señalo el Bíceps derecho por detrás de la rodilla.
    
    Me indico que flexionara un poco la rodilla y empezó a hacerme un masaje en la pierna desde el muslo hasta la rodilla.
    
    Se ubicó detrás de mí a mi espalda y con sus manos agarrando el musculo desde la rodilla hacia la cadera empezó a masajear, como amasando pan, ablandando, aflojando, estrujando, cogiendo la pierna por la zona interna y luego por la zona externa llegando algunas veces a rozar algún dedo con la braguita produciéndome un cosquilleo.
    
    - ¿duele?
    
    - si un poco
    
    - perdona pero debo hacerte este masaje para que no vaya ser peor.
    
    - haz lo que tengas que hacer, si esto me pasa por no calentar.
    
    Empecé a notar como el masaje llegaba cada vez más a mi vagina y pensé que era normal, sentía como los dedos rozaban cada vez más cerca mis labios, notaba mis braguitas húmedas, ya no sentía dolor en el bíceps pero si dentro de mi vagina, recordaba cuando practicaba el potro con la almohada y me gustaba ...
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