Y ahora? (Parte 4) - Relatos Eróticos

Y ahora? (Parte 4)

Morbo en la oficina, temor y sorpresas.

Ese era el primer lunes luego de la fiesta, llegue en forma puntual a la oficina, deje en el subsuelo el auto y me dirigí al elevador donde me encontré con Ernesto y con Richard, que me pareció estaba acomodándose el cierre de su pantalón.

Al llegar a mi oficina me recibió mi secretaria y sus tetonas, y con una amable sonrisa me dio los buenos días.

-Buen día Ingeniero, espero haya descansado bien, hoy antes de las 12 hs hay que entregar los informes semanales, y a las 13 hs hay una reunión de junta directiva en presidencia, sobre su escritorio están los costos de los materiales eléctricos que Ud. solicito el día viernes, y pidió una junta con Ud. el Sr Joao Balmaceda, lo agende para las 16hs, le llevo su cafe?

-Si, gracias.-

Balmaceda? sera que se entro que me cojo a la hija?, no, no puede ser, si recién la deje en el hospital donde trabaja, seguro viene a charlar del motor y seguramente también buscara sacar alguna ventaja, viejo zorro.

Por otro lado, este tema de los informes nunca lo llegue a comprender bien, es verdad que la empresa tiene sucursales varias por el mundo entero, pero el dueño esta aquí, en San Pablo, para que carajos querrán enviar esos informes a Noruega?, para mi que es una manera de tener controlada la tropa, de hacerles sentir que en cualquier momento vendrá de Noruega el cuco y se los comerá jajajaj , bueno a mi que me importa, me pagan y muy bien para realizar estos benditos informes.

Llevaba mas de una hora trabajando cuando sin aviso previo se abrió la puerta de mi oficina y entro como un rayo nada mas, ni nada menos, que Silvia, por supuesto es la esposa del dueño y no debe golpear para entrar a su oficina, pero que carajos le costaba? solo por una cuestión de educación, me hubiese gustado que golpee y se anuncie como las formas mandan.

Estaba hermosa, delicada y sensual, vestía un traje de lino verde agua, con una elegante solapa en un tono mas oscuro, la falda era corta pero no desubicada, unos diez o quince centímetros sobre la rodilla, enfundaba sus piernas con una pantys negras, esas que llevan detrás la costura, y una blusa de seda ajustaba su talla a la perfección, unos botones sin abrochar dejaban entrever sus senos turgentes y gordos, el maquillaje sobrio acompañaba a todo este monumento de mujer.

-Buen dia Ingeniero, deseaba ver el informe semanal si es tan amable, por favor señorita que nadie nos moleste por ningún motivo (dijo esto dirigiéndose a mi secretaria)

Giro sobre sus talones y ella misma cerro la puerta y las ventanas, al asegurarse que nadie nos veía, corrió hacia mi y me abrazo con desesperación, la recibí con los brazos abiertos, su perfume de lilas me embriagaba, que pedazo de hembra, sin dudarlo ni un minuto comenze a acariciarla a apretarla a besarle, me llenaba de pasión y lujuria, desabroche su camisa y vi un hermoso conjunto de lencería blanco, saque uno de sus pechos, me comí ese sabroso pezón ya duro, con ...