1. De Bodas Con Mi Perro


    Fecha: 19/08/2019, Categorías: Zoofilia Autor: Maria Sofia Wolfgang, Fuente: TodoRelatos

    Si todas las noches, fueran noches de boda, todas las lunas, derramaríamos la miel que inunda nuestro cráter.
    
    Hola a todos, mi nombre es María Sofía; soy una psicóloga, madre y esposa; tengo 38 años; soy una mujer bisexual, casada con un hombre, pero hembra de una bestia. Tengo cabello castaño, y ojos avellanados; mido 1.72cm. tez blanca, complexión semi delgada, caderas anchas, y cintura muy marcada; tengo un culo no tan grande, pero muy tonificado; mi monte de Venus siempre está muy bien recortado, y en forma de triángulo para adornarlo; mis tetas son grandes, y a diario son la atracción de muchas personas, debido a que siempre llevo pronunciados escotes. Mis pezones son altamente sensibles, y en ocasiones, me he excitado cuando estoy amamantando. Eso me ha permitido experimentar un mundo de éxtasis, a bordo de un cúmulo de perversiones reprimidas, y esta, es una más de ellas.
    
    Hace unos días.
    
    Era el inicio del fin de semana. Me desperté muy excitada; me fui al baño con mi teléfono, y busqué relatos para leer y masturbarme, pero nada que complaciera la voracidad de mi cuerpo, busqué porno, y solo encontré ficción; entonces bajé el pantalón de mi pijama, me senté en el wáter, abrí mis piernas, cerré mis ojos y comencé a recordar mi primera experiencia zoo, mientras mis dedos se introducían en mi vagina, casi de inmediato comencé a lubricar, e iba en aumento; pero de la nada, el sonido golpeando fuerte la puerta enfrió mi cuerpo, seguido por los gritos de mi hijo por usar el baño. Me levanté muy enfadada del wáter, me subí la pijama y tiré fuerte la cadenilla para despistar. Salí del baño fastidiada, y fui interceptada por mi hija, y mi marido. Ambos, con diferente entusiasmo al mío. Hice el desayuno, y comimos en la mesa con una incomodidad que partía de mí, hacía los demás, sin culpa alguna. Así que me levanté rápido y salí a alimentar a Krum. Un pastor alemán, de pelaje negro, de dos años de edad, que fue adoptado para que jugara con los niños, pero a cambio comenzó a jugar con su ama dentro de casa.
    
    Krum permanecía en el jardín, desde hacía dos semanas, debido a que en alguna ocasión montó un oso de peluche de mi hijo, el cual tuvimos que desechar, porque lo llenó de esperma canino. En ocasiones me abrazaba con dos patas e intentaba montar mi pierna. A mi me gustaba, y me estremecía, pero con gran fuerza de voluntad, guardaba la cordura, y lo tenía que apartar mientras me ladraba. Este comportamiento estaba ligado a las dos semanas que mi marido llevaba de vacaciones. Lo que provocaba que se quedara despierto hasta tarde, y no tuviera la respectiva visita conyugal con Krum; y esta era también, la respuesta a mi irritado humor la mayor parte del tiempo.
    
    Cuando Krum me vio, por instinto comenzó a mover su cola y a saltar por todos lados, a mi me pareció algo muy hermoso y tierno; así que cerré la puerta del jardín y me acerque a él, rápidamente se paró en dos patas, lo que me dio la pauta de abrazarlo con mucha fuerza; sobé su ...
«1234...»