1. Asesora de Hogar 2


    Fecha: 17/08/2019, Categorías: Dominación / BDSM Hetero Autor: Veterano_Forever, Fuente: SexoSinTabues30

    ... poco de jabón líquido y lo puse en mis dedos. Luego, los introduje para lubricar. Nuevamente presioné con el glande y esta vez logré meter la punta. Un quejido salió de sus labios, pero contuvo los siguientes.
    
    Poco a poco comencé con el vaivén que fue logrando que mi pene entrara un poco más con cada movimiento. Cuando ya tenía la mitad dentro, lo saqué casi completamente y lo volví a meter. No todo, sólo la mitad. Un gemido largo salió de su garganta. Su respiración estaba agitada. Volví a sacarlo casi completo y volví a meterlo. Nuevamente la mitad. Ella volvió a gemir. A la tercera vez de sacarlo, cuando estaba metiéndolo, ella impulsó su cadera hacia atrás de manera que todo el pene se perdió en su culo. Dio un grito de dolor, pero que escondía algo de placer. Me quedé ahí, sin moverme sólo acariciando sus hermosas nalgas. Dos fuertes nalgadas fueron lo necesario para que ella misma comenzara a moverse, sacando y metiendo nuevamente mi pene hasta la base.
    
    Si sacar mi pene de su interior, bajé mis manos y comencé a acariciar sus senos, en donde me esperaban un par de pezones duros. Los apreté con los dedos y la vez que con mis manos hacía presión sobre ellos. Atraje su cuerpo hacia mí, levantándola, pero sin salir de su interior. Seguí embistiendo mientras masajeaba y apretaba sus senos y pellizcaba sus pezones. Luego de esto, sólo fueron necesarias un par de embestidas para que sintiera que me iba a venir.
    
    Ella lo notó y volteó su cara para besarme, metiendo toda su lengua en mi boca mientras con sus propias manos tomaba las mías para apretar aún más sus senos. Los lechazos les llegaron directamente a sus intestinos. Seguía embistiendo mientras mis piernas comenzaban a flaquear.
    
    Luego de unos segundos, ella apartó su cuerpo de mí, se dio vuelta y me miró a los ojos. Su cara había cambiado. Ya no había temor y odio. Era la cara de una mujer complacida y caliente. Sin decirle nada, se arrodilló, tomó jabón y comenzó a lavar mi pene. Luego, lo metió en su boca y se puso a juguetear con su lengua y mientras lo ordeñaba, succionando los últimos restos de semen.
    
    Al terminar, se paró nuevamente, me miró a los ojos y abrió su boca, en donde había restos de mi corrida. Seguido a esto lo tragó para luego salir de la ducha y comenzar a secarse. Su cuerpo era una poesía. Todas en ella era perfección. Sus senos turgentes, con pezones que resaltaban al estar excitada. Unas caderas anchas, sin ser gorda, acompañada de una cintura de avispa.
    
    Cuando terminó de secarse, se dirigió a la puerta. Antes de salir le hablé: – Desde ahora en adelante, eres mía. Cada vez que te lo diga harás lo que te pida. ¿Estamos de acuerdo? –
    
    – Sí señor – Me dijo bajando la mirada. Sin embargo, pude notar que, al salir del baño, una sonrisa se dibujó en su rostro.
    
    Seguí en la ducha unos minutos pensando. Se veía un futuro prometedor con esta nueva contratación. 
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