1. Jardinera


    Fecha: 31/07/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... padres y no tengo muchas oportunidades.
    
    - ¿Por eso no suelta usar sujetador?
    
    Si que se había fijado en mí.
    
    - No me dirás que no es incómodo.
    
    Yo también estoy más cómoda desnuda o casi y así se lo dije. Después de comer el niño se fue a dormir la siesta dejándonos solas y a nuestro rollo. Nuria se sacó el camisón dejándose solo el tanga. Mostrándome sus fantásticos senos y me ofreció hacer lo mismo.
    
    - Ya es estamos solas. Duerme profundamente y se pone los dibujos el solo en su cuarto. Puedes ponerte más cómoda.
    
    Sin pensarlo más me saqué la falda y la camiseta quedando solo con las bragas. Cómo no me había duchado al terminar el trabajo mi olor corporal debía ser fuerte. Le dije que debería irme a casa a ducharme y me ofreció su baño.
    
    - Creo que me vendría bien una ducha.
    
    - ¿Por qué no lo haces aquí? El baño es grande y cómodo.
    
    - No tengo nada limpio para ponerme.
    
    - Seguro que te encontramos algo en mi vestidor aunque te venga un poco amplio.
    
    Intenté excusarme pues no tenía ropa de recambio y ella me dijo que algo encontraríamos en su armario que me valiera teníamos tallas muy parecidas.
    
    Me acompañó al baño con su vaso y se quedó sentada a mi lado. Dejé correr el agua caliente sobre mi piel con el gel acariciándome a misma. Y ella mirándome sin ningún complejo.
    
    Procuré disfrutar de la ducha y darle el mejor espectáculo que pude. Al fin le pedí que me alcanzara la toalla. Fue ella la que envolvió mi cuerpo rodeándome con sus brazos y apartando mi melena sobre un hombro besó mi cuello húmedo. Giré la cabeza buscando sus labios y abriéndolos con mi lengua.
    
    Solo me entretuve unos segundos para quitarme el agua del cuerpo y aún húmeda dejé caer la toalla al suelo para buscar con mis manos su cadera. Quitarle el tanguita que ya era la única prenda que nos separaba. En ese momento su lengua recorría mi boca.
    
    Me agarró de la mano y me llevó a su dormitorio. Su cabello olía de maravilla mientras sumergía mi cara en su melena. Su piel la notaba suave mientras la recorría con mis manos callosas.
    
    Las suyas recorrían mis músculos en un duro masaje relajándolos. Comenzó por mis pies que agradecieron el gesto. Cuando sentí su lengua jugando entre mis dedos me derretí. Se los llevó a la boca y pasó la lengua por la planta.
    
    Nunca antes me lo habían hecho, jamas había sentido esas caricias durante tanto tiempo. Sus labios en mis tobillos muy lento y despacio. No tenía prisa y yo estaba gozando de verdad. Su lengua escalaba por mis piernas por el interior de mis muslos.
    
    Tocando cada punto, el reverso de mis rodillas y subiendo hasta llegar a los labios de mi vulva que a esas alturas chorreaban esperándola. La llevaba depilada casi al completo y en cuanto sintieron el leve toque de su lengua me abrí suspirando.
    
    Levanté las rodillas hasta el pecho dejando todo mi coño y culo a su alcance. No se hizo la remilgada como ya suponía. Cuando clavó la lengua el mi ano casi se me escapa un grito que hubiera despertado ...