1. El paso del tiempo


    Fecha: 25/03/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: petita, Fuente: TodoRelatos

    ... coño. Lo tiene mojado. Al cabo de poco rato se corre y me lo trago.
    
    —Estuvieras en más ocasiones con Amo y no serías el escalón más bajo. Sólo se te han de decir las cosas una vez. ¿Imaginas lo que harás?
    
    Afirmo con la cabeza. No me gusta que me mande, pero lo ha decidido Amo, y tengo que obedece. Espero a cuatro patas que salga del coche. Sale, me levanta la falda, me escupe en el ano y me introduce algo. Me pongo de pie, se dirige al ascensor y yo la sigo. Siguiendo a Amo me excita.
    
    Entramos en el local, cuando la puerta aún no se ha cerrado, me saco el vestido me acerco al guardarropa y espero que me tallen el pecho.
    
    —La cola de zona y el vibrador dejatelos, puta —dice fresa. Odio esa palabra—. Hoy podrás lamer a quien quieras, con permiso mío.
    
    Me quedo estupefacta, me arrodillo ante fresa y le empiezo a lamer el coño en señal de gratitud. Le cuesta poco correrse, cuando termina me da una torta.
    
    —Antes de comer lo has de notificar, perra —dice fresa y me da una torta.
    
    Me he excitado un poco, es la primera vez que fresa lo logra sin estimulación. Empiezo a notar unas suaves vibraciones.
    
    Entramos en la sala, los hombres que hay no me excitan. Entre las mujeres hay una rubia que me llama la atención. Lleva collar y va acompañada de un hombre con un pene pequeño. Le indico a fresa mi objetivo, y se pone a reir.
    
    —La hembra rubia de pechos grandes, no su amo —comento.
    
    Ella empieza a andar hacia el hombre. Noto como los muslos se mojan y la frecuencia del vibrador aumenta.
    
    Fresa habla y la rubia se me acerca.
    
    —Mi novio quiere que me líe contigo, las mujeres no me gustan.
    
    Por mi cabeza pasa que el tío es más calzonazos de lo que creía. ¡Pobre fresa!
    
    —Tranquila, rubia, prefiero las pollas a los coños. Te pediré permiso. No te forzaré. Cuando quieras parar dilo. ¿Te puedo besar?
    
    Afirma con la cabeza. Acerco mi boca a la suya y le introduzco la lengua. Le recorro toda la cavidad, noto como me excito, deseo que ella también. Nos separamos, ya llevo dos orgasmos.
    
    —Rubia, ¿estás bien? —Jadea y afirma con la cabeza—. Ahora me entretendré con tu lóbulo, rubia, y tienes libertad con mi cuerpo. Por cierto, yo te seguiré.
    
    —Vale —contesta entre jadeos.
    
    Le empiezo a pasar la lengua por el lóbulo, jadea más. Me acaricia por debajo del ombligo.
    
    —¿Por qué te tiembla? —pregunta sin apartarse, sonrío.
    
    —Porque me han puesto un vibrador y está a una potencia elevada. Entre esto y tú, rubia, ya llevo varios orgasmos.
    
    Le suben los colores y baja un poco la mano. Casi hasta mi clítoris.
    
    —Yo también y con mi novio me cuesta llegar. ¿Podrías jugar con mis pechos?
    
    Se los empiezo a besar. Le subciono uno como si fuera un bebé que se alimenta.
    
    —Otro —grita jadeando.
    
    Sonrío, con los brazos me hace bajar la cabeza hasta el coño. Está chorreando. Le empiezo a pasar la lengua por los labios mayores. La frecuencia de jadeos aumenta. Creo que hoy dejará de tener novio y formará parte de la pista.
    
    —¿Quieres ...