1. Abuela Azucena


    Fecha: 13/08/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Tuve una vida dura desde mis primeros años de vida, de ella el mejor recuerdo que tengo es el de mi abuela Azucena, madre de mi madre.
    
    Fue ella quien me crió y me educó ya que mi madre al poco tiempo de nacido me dejó a su cuidado y emprendió viaje a la ciudad de Bs. As. Buscando nuevas oportunidades.
    
    Soy hijo de madre soltera, quien quedó embarazada siendo muy joven por el abuso de un vecino.
    
    En Bs. As. mi madre formó una pareja con la cual tuvo 3 hijos más, olvidándose del que había dejado en el pueblo al cuidado de su madre.
    
    La abuela Azucena debió trabajar en casa de familias para poder criarme. Quedó viuda siendo muy joven por un accidente, toda su vida fue de lucha. Debió luchar para criar a su hija recién nacida y luego debió luchar por criar a su nieto.
    
    Cuando cumplí los 17 años por suerte entré en un taller mecánico de aprendiz, esto permitió un cierto desahogo para los dos.
    
    La casa donde vivíamos era muy modesta, constaba de un pequeño dormitorio, una cocina comedor y un precario baño. Sus pisos eran de cemento y una cortina separaba el baño del dormitorio. Este baño tenía un inodoro, un lavatorio y para bañarnos colocábamos un fuentón con agua calentada en la cocina a leña. En este fuentón nos bañábamos todos los sábados tanto la abuela como yo. Estábamos acostumbrados a hacerlo uno delante del otro ya que la abuela desde muy pequeño así me había criado. El verla desnuda no me producía nada.
    
    Además la casa no permitía tener ninguna privacidad.
    
    Era frecuente que alguno de los dos estuviéramos bañándonos y el otro entrara a hacer sus necesidades sin ningún reparo.
    
    El tamaño del dormitorio permitía una sola cama, por lo tanto dormíamos juntos.
    
    Cuando llegaba la hora de acostarnos nos desvestíamos delante del otro quedando yo solamente en calzoncillo yo y la abuela en calzones.
    
    La abuela Azucena era una mujer de piel curtida por el sol y el aire, de larga cabellera que peinaba con trenzas con las que luego se hacía un rodete, no era ni gorda ni flaca, pesaba 70 kg. lo que para su 1.70 mt. de altura la hacía proporcionada. Tenía grandes tetas, algo caídas por sus 52 años y una vida de trabajo que nunca le permitió atenderse a sí misma.
    
    Su concha la tenía muy poblada de pelos renegridos, pelos que frecuentemente le sobresalían por los costados de su bombacha.
    
    El culo de la abuela era normal, duro y sin celulitis, seguramente por lo que caminaba diariamente y el trabajo que realizaba. Estaba coronado por un marrón y arrugado agujero.
    
    La casa por lo humilde y por los materiales con que estaba construida era muy caliente en verano y muy fría en invierno. Esto procurábamos solucionarlo con un brasero para darnos calor y durmiendo solamente con calzoncillo yo y ella con bombacha en verano. Vuelvo a repetir el ver semi desnuda o totalmente desnuda a la abuela no me producía nada.
    
    Cuando los sábados nos bañábamos era frecuente que el otro enjabonara la espalda de quien lo estaba haciendo, yo para jugar ...
«123»