LA ISLA - I - Introducción - Relatos Eróticos

LA ISLA - I - Introducción

Allí y en muchos otros sitios, los pobres, año tras año se mantenían más o menos igual, mientras que los ricos, o una parte de los ricos aumentaban su capital a cifras cada vez más astronómicas. Estaban los ricos de familia, y un grupo de nuevos ricos que subieron como la espuma por ideas muy extravagantes que terminaron por tener un asombroso éxito. Dentro de estos estaba un grupo de cinco amigos que se conocieron precisamente por ser multi-billonarios y tener gustos especiales. Eran outliners incluso dentro de su clase social, y lo eran lo mismo dentro las decisiones empresariales como en sus vidas personales. No sólo eran gays sino eran todos activos, muy dominantes, participaban en orgias donde se follaban a nenazas que buscaban, y que sabían bien a lo que iban.

Un día mientras bebían, empezaron a fantasear y como les sobraba el dinero se les ocurrió crear una pequeña urbanización donde sólo hubiera parejas de señores y sus nenas, dominantes y sumisos, donde toda la autoridad la tuvieran los machos. Al principio parecía que era sólo una utopía pero la idea se fue perfilando y como les sobraba el dinero decidieron llevarla a cabo. Lo mejor sería comprar una isla.

Pusieron a un equipo de profesionales a buscar y a averiguar islas y países. Finalmente encontraron un país dispuesto a la venta, la isla era poco más que un islote deshabitado, de unos 10 kilómetros cuadrados, de forma alargada y con una pequeña bahía de bolsa con suficiente profundidad para servir luego como único puerto. Una vez los equipos de abogados negociaron y oficializaron la venta con el gobierno. Empezó el trabajo de los ingenieros y arquitectos, haciendo los planos y las formas de urbanizar aquel sitio sin ninguna infraestructura y con bastante lejanía de la costa. El dinero fue salvando todas las dificultades, las barreras, los ya dueños de la isla no escatimaban en absoluto.

Empezaron las obras en uno de los dos extremos de la isla, dos calles paralelas de 500 metros de largo y con calles transversales cada 100 metros, se construyó junto al puerto un único edificio de tres plantas donde estarían un par de restaurantes, un supermercado, algunas pequeñas tiendas tipo boutique y un grupo de apartamentos destinados a futuros trabajadores. Cada uno empezó la construcción de su residencia, pero aún sin nada, ni medianamente terminado, se agregaron más amigos y conocidos que enterados de los planes se quisieron sumar. Por supuesto esto era bien recibido por los cinco primeros porque en la medida que se sumaran más, el proyecto era no sólo menos caro sino que también habría más sociabilidad.

Ahora había unas 50 viviendas ya en construcción o aún en planos y mientras esto ocurría había un grupo de empleados buscando chicos. Los buscaban en barrios y países pobres, de familia que casi no podían mantenerlos. El primer paso era sencillamente mirar, observar, cuando pensaban que eran posibles se acercaban a las familias proponiéndoles trabajo de servidumbre y servicios ...