1. La Oficina V


    Fecha: 11/08/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Al día siguiente, había quedado con Leyre y Mario en casa de mis perros a las 10 de la mañana. Llame antes a Paula para decirle que no saliera en toda la mañana de casa. Le explique la situacion y le encantó la idea.
    
    A las 9.30 estaba yo alli ya para preparar todo para la llegada de mis empleados. La verdad es que más que para para supervisar, ya que Paula lo había preparado todo por mí. Lo tenía a los 2 desnudos con un collar puesto y de rodilla como sabe que a mí me gusta que estén. Fue un descubrimiento lo de esta chica, y me alegraba que fuera mi perra y solo mía.
    
    A las 10 en punto sonó la puerta y alli aparecieron Leyre y Mario juntos
    
    - Vaya, ¿Venís juntos?
    
    - Que va - dijo Mario. Nos hemos encontrado abajo.
    
    - Pasad que los perros ya están preparados. Os presento a Paula. Es la hija de los perros y mi sumisa.
    
    - Fantastico, otra para la cuadra – dijo Leyre
    
    - Tranquila – respondí. Esta no estaba en el acuerdo que hicimos. Es solo mía.
    
    Los 2 me miraron con decepción, pero al ver a los perros se les paso. Paula fue a por ellos y los trajo con 2 correas ellos caminando a 4 patas, una escena digna de recordar.
    
    - Bien, a ver que les hacemos hoy – dijo Leyre. Cuéntame algo sobre tuis vecinos – pregunto a Sonia.
    
    - ¿Qué quiere saber? - contesto
    
    - Seguro que hay alguno que te pone ojitos jeje. A mas de uno le apetecerá follarte.
    
    - Eso no se lo tienes que preguntar a ella – dije. El vecino del A de esta planta es un viejo que cada vez que la ve, se la come con los ojos.
    
    - ¿Ah sí? ¿Cómo es?
    
    - Tendrá 65 años. Es gordo y bastante feíto. Tiene aspecto de desaliñado siempre. Se que a Sonia le da mucho asco.
    
    - Perfecto. Podras hacer un bien entonces jajaja.
    
    Sonia miro a Leyre con cara de preocupación. Era un individuo que le repugnaba. Su aspecto de sucio siempre, su olor fuerte, todo en el era repugnante para ella.
    
    Leyre fue a la cocina y cogió un mandil. Llamo a Sonia y se lo puso.
    
    - Quiero que vayas asi a pedirle un poco de sal parta algo que estás haciendo.
    
    - Pero Señora, no puedo ir asi, Se me ve todo el culo y sabrá que estoy desnuda debajo.
    
    - No puedes, pero iras puta. Aquí se hace lo que yo ordeno. Si te dice algo, quiero que le invites a venir a tu casa.
    
    - Pero, …., no lo hare.
    
    La bofetada que sonó a continuación resonó en toda la casa. Sonia cayó al suelo y se llevó su mano a la cara. Cuando levanto la cabeza, estaba llorando.
    
    - Si quieres, tengo más guardadas aquí.
    
    - No Señora, está bien, lo hare.
    
    Sonia fue hacia la puerta, abrió y se dirigió a la casa del vecino. Toco al timbre y tras un rato se abrió la puerta
    
    - Hola vecino – Dijo Sonia.
    
    - Hola bonita.
    
    Iba vestido un con un bóxer y una camiseta sucia. Estaba despeinado lo que le daba un aspecto aun peor.
    
    - Quería saber si tienes sal que se me ha acabado y la necesito para un guiso que estoy haciendo – dijo Sonia rezando por que siguiera dormido y no se le ocurriera decirle nada.
    
    - Claro que sí. Para una ...
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