1. La casa de los Jansen


    Fecha: 01/06/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ahora estaba en conocimiento del porqué.
    
    Ella me tomo de la mano y se puso de pie. Abrazadas, seguíamos besándonos y Elena acariciaba y apretaba mis nalgas por sobre mi ropa. Ella me guiaba. A mi aún me daba alguna cosa, estar en medio del parque a plena luz del día acariciando a otra mujer.
    
    Yo trataba de ver si alguien fisgoneaba, si era tan fácil como lo hacía ver Elena, aquella mujer que me conmovía, como nadie lo había hecho hasta aquellos días.
    
    __¡Vamos…necesitamos otro lugar te parece!__ dijo ella empezando a caminar hacia la casa grande. La seguía como perrita en celo.
    
    __¡Tu sabes lo que quiero!¡Quiero saborear tu cuerpito, quiero besar tus pechos, tu vagina, que debe estar tan caliente y húmeda como la mía!__ mi corazón latía fuertemente. Ella besaba mis manos, mientras caminábamos ansiosas, al menos yo, me moría, me carcomía la situación, me ponía muy loca, muy caliente. Me pasaba la mano por los hombros y la espalda hasta llegar a mi trémula cintura y a mis nalgas firmes y jóvenes.
    
    __¡Querida…tu juventud es abrumadora…pero tan cierta y tan hermosa…y tan necesaria para mi!!__ me susurraba al oído y de paso pasaba la punta de la lengua en el, produciendo tremendos temblores de pasión y lujuria.
    
    Entramos en la casa grande y caminamos por los pasillos interminables. Las piernas me temblaban y el cuerpo había comenzado a sudar.
    
    Elena me acariciaba de forma suave y casi maternal, aunque con un dejo de vicio y perversión que hacían esas caricias mucho más dulces y enigmáticas.
    
    Me sentó en el borde de la amplia cama de el cuarto de visitas. Sonriendo se quitó la camisola que vestía y aparecieron sus enormes tetas, prensadas en el corpiño. Se movía como una bailarina de club nocturno. Se soltó su largo cabello casi hasta la cintura. Yo apretaba mis piernas sintiendo como chorreaban jugos de forma indiscriminada. Su pollera larga cayó al suelo. Apareció su cadera fina, hermosa, un calzón muy chico para su anatomía, muy ajustado, que mostraba un pequeño costado de su vagina sin vellos.
    
    __¿Te gusta lo que ves hermosa?__ preguntó sin dejar su sonrisa
    
    __¡Claro Elena…eres muy bella!__ se acercó a mi
    
    __¡Puedes tocar si quieres ¿quieres?
    
    __¡Siii quiero!__ contesté tragando saliva apenas pasaba por mi garganta que se cerraba, mientras abajo se abría mi cachonda y caliente almeja. Pase mis dedos suavemente por sus caderas, ella acariciaba mis cabellos. La tomé de pronto fuertemente de las nalgas y ella se quejó gimiendo. La atraje más hacia mi y mi boca y mi lengua se pegaron a su vientre, metí la lengua en el ombligo hondo y profundo de Elena que se quejó suspirando y moviéndose nerviosa. Apretó mas mi cabeza contra ella, y tiro de a poco mis cabellos, crispadas las manos y los dedos, crispados los pezones, alzados, parados y duritos. Carne vibrando y ardiendo con llamas llegando alto.
    
    Elena muy despacio, gimiendo, me quitó la remera que llevaba puesta por sobre los brazos míos, largos. Se sentó a mi lado al borde ...