1. No puedo escribir sin masturbarme antes


    Fecha: 13/05/2023, Categorías: Sexo Virtual Autor: Martina Paz, Fuente: TodoRelatos

    ... arranco con lo mío. Siempre voy primero a mis tetas. Creo que es la parte de mi cuerpo que más me gusta tocar. Soy bastante básica con respecto a eso. Las acaricio con suavidad, casi con ternura, con las palmas de mis manos, como si estuviese pidiendo permiso. La dureza de mis pezones me hace cosquillas, por lo que me detengo ahí. Los recorro con las palmas de mis manos hasta la punta del dedo del medio. Con este empiezo a hacer circunferencias cada vez más rápidas e intensas. Suspiro profundamente y bajo mi mano derecha hasta mi concha, la cual ya muestra suficientes indicios de humedad. Con la mano que quedó arriba, masajeo con fuerza mis tetas, tratando de juntarlas lo más que puedo. Me gusta sentir presión en ellas, que me duelan un poquito. Abajo, juego con mi clítoris. Lo tomo con los dedos índice y pulgar y lo aprieto. Primero, con suavidad, después, con más fuerza hasta que me duele. Lo suelto y me acaricio la concha, de arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba, con mucha suavidad. La intensidad de las caricias aumenta a medida que los gemidos de la rubia (Carlacute1) se hacen más sonoros y agitados. Quisiera cerrar los ojos y hacer de cuenta que estoy cogiendo con ella, pero es tan hermosa que no quiero perderme ninguno de sus gestos. De igual manera, logro entrar en situación e imaginar que es ella la que me está tocando. Y la fricción se vuelve cada vez más violenta.
    
    Mis gemidos se acoplan perfectamente a los de ella, como si siempre hubiésemos cogido juntas. Muy de fondo, se escuchan los gemidos de él. La cámara muestra un primerísimo plano de la verga entrando en su cocha. Después las manos de él le acarician los pechos, para darle la señal de quitarse el corpiño. Al fin puedo ver con plenitud la hermosura de sus tetas, las cuales se ven muy similares a las mías, con una simetría perfecta. Ella sigue cabalgando mientras yo me mojo y me caliento cada vez más. Su rostro mezcla placer y dolor me inyecta de una energía avasallante, y llegó a acabar por primera vez, justo en el momento en el que ella comienza a bajar la intensidad de sus movimientos. Parece todo perfectamente coreografiado. Llevo mis dedos empapados hacia mi boca y los saboreo, pensando que es su sabor, mientras me mira y vuelve a subir la intensidad.
    
    En un cambio de plano muy poco cinematográfico, la cámara me muestra el inicio de la segunda imagen que describí de la miniatura: la rubia de espaldas, sentada sobre la pija. Sus movimientos son igual de intensos que al final de la toma anterior. Su culo se ve enorme y delicioso, casi tanto como la pija que está comiendo. El hombre hace lo que cualquier persona de bien haría en esa situación: la nalguea, haciendo que ese sonido me encienda aún más. Aprovechando la humedad de mis dedos, los llevo hasta mi culo y empiezo a jugar ahí. Me cuesta demasiado poco entrar, lo que hace que el pacer sea sublime. Dejo por un rato mis tetas y meto varios dedos en mi conchita y en mi culo al mismo tiempo. El culo, la espalda, los ...