1. Voyeur, el placer de espiar 31


    Fecha: 08/08/2019, Categorías: Voyerismo Autor: Paco, Fuente: TodoRelatos

    ... muy femenina, nos presentó Mary, tras besarla en la boca. Tomamos café y charlamos amistosamente, a Elena le pareció Mary una mujer preciosa y desde que entró en el bar no le quitó ojo, le llamaba su atención su barriguita de mujer embarazada, y cuando le sonrió y mando señales de guerra, no se creía que pudiera ser una mujer bisexual, no podía rechazar la oportunidad que le daba Mary de disfrutar de una mujer embarazada, sentía un morbazo tremendo.
    
    Llegamos al hotel ellas agarradas de la cintura, Joan abrió sus ojos sorprendido de ver a Mary esta vez agarrada por una mujer, lo saludé y pregunté si había preparado algo de lo que pedí, él me dijo que estaba en ello pero que eso era muy difícil, subimos a la habitación, Mary quiso ducharse antes de nada, había estado todo el día en la calle, se desnudó y pude ver sus bragas negras manchadas de flujos, como un dedo gordo de ancho, aunque Elena venía limpia se desnudó y entró en la ducha con ella, no quería perder un minuto, realmente aquella mujer estaba muy buena, si hubiera sido bisexual hubiera sido empalada sin piedad.
    
    En la ducha, magrearon sus cuerpos y se besaron, Elena metió un par de dedos en la vagina de Mary, sacó los dedos y lo chupó, los saboreó y volvió a meter, la masturbó hasta que sus piernas temblaron, meándose de placer en la mano de aquella chica, a la cual besaba, sacó sus dedos y saboreó su mano. "Que coñito más rico tienes reina, lo vamos a pasar muy bien tú y yo".
    
    Se fueron a la cama y empezaron a acariciarse, todo su cuerpo, no hubo un centímetro que no magrearan y besaran, hicieron un 69, con Mary abajo, saque mi polla y empecé a masturbarme, los gemidos de ambas se escuchaban en la habitación, y cuando Elena consideró oportuno se puso sobre ella y buscó con su coñito el de Mary, labios contra labios, clítoris contra clítoris, la belleza de dos cuerpos femeninos moviendo sus caderas buscando el mayor de sus placeres y sus gemidos provocaron en mí el subidón necesario para acelerar el movimiento de mi mano y correrme, mientras ellas hacían lo propio.
    
    No sabía si el bueno de Joan habría escuchado a dos mujeres gimiendo a la vez, así que decidí ducharme y dejarlas solas para bajar a tomar una copa en bar de recepción y tener una charla con él, cogí aquellas bragas negras manchadas de flujo del día, llegué y él me sonrió, "qué tal Joan, ¿No has podido evitar pegar la oreja a la puerta verdad?" Le pregunté. Me dijo que escuchó a ambas gimiendo de placer, que todavía tenía el sonido en su oído retumbando, que bajó a recepción para hacer una entrada, si nó se hubiera hecho una paja.
    
    "¿Y no quieres follártela el viernes?, tienes una oportunidad de oro para saber lo que es una muy buena hembra" le dije, "no me atrevo a decírselo a algunos conocidos míos, esto es una situación muy difícil de explicar" me dijo con evidente preocupación por el qué dirán. Puse las bragas sobre la barra y le dije que la cogiera "estoy seguro que esto te hará cambiar de opinión, ve al aseo ...