Adicta a tus labios-5 - Relatos Eróticos

Adicta a tus labios-5

... conducía.

—¡Aló! —se escuchó, al otro lado de la línea.

—Estoy por llegar. Puedes pedirme una hamburguesa con mucho queso y una Coca-Cola bien fría, por favor —le suplicó.

—No deberías llamarme si conduces, puede pasarte algo —la regañó.

—Estoy usando el auricular —respondió con una sonrisa.

—Más te vale —pronunció, antes colgar.

En menos de diez minutos, se encontraba estacionando su auto frente aquella cafetería. Al cruzar la puerta, percibió aquella joven con sus cabellos dorados muy concentrada en un libro y a su lado, se hallaba su hamburguesa.

—Tan concentrada como siempre —pronunció.

—Ya me conoces—Andrea le regaló una sonrisa—¿Cómo estuvo la despedida? —investigó.

Martha se ubicó a su lado, pues nunca le gustó crear una barrera con la persona que conversaba. Quizás era una extraña manía de ella, pero sus conocidos se la respetaban a pesar de todo.

—Muy bien—mordió su hamburguesa—¿Y ese milagro que tu novio no está a tu lado? —inquirió. Aquel chico siempre se ponía celoso, al ver como Andrea la trataba con cariño o se colgaba de su brazo para caminar.

—Visitando a su abuela—respondió, al tomar un poco de gaseosa—Mientras disfrutas de tu comida, me pasas tus apuntes para ver que encontraste sobre negociación, mediación y resolución de conflictos —mencionó.

—Claro, aquí tienes —buscó en su bolso aquel cuaderno y se lo paso.

Le encantaba ver la disposición que tenía Andrea ante sus estudios y la fascinación con la que hacía la tarea cada que se reunían. De alguna manera, sentía que esa joven le ayudaba considerablemente en los estudios, pues odiaba admitirlo, había perdido su toque mientras estuvo encargándose del negocio de su madre.

—Ya que estamos sin mucha tarea, ¿Podríamos ir a un bar esta noche? —sugirió Andrea.

—¿Cuál bar tienes en mente? —expresó.

—No conozco mucho, recuerda que hace poco me mudé —respondió.

Martha tomó un sorbo de su gaseosa, quizás podría arriesgarse esa noche e ir a aquel bar, con suerte podría encontrar a Natalia para conversar—Yo conozco uno, pero es un bar gay. Si no te molesta, podría llevarte —sugirió.

—¿También aceptan a personas hetero? —dudo. Ella jamás había ido a un lugar como ese, pero si tenía curiosidad de conocer.

—Por supuesto, no todo el que va a ese lugar resulta ser gay—cogió aquel libro que tenía Andrea—Sin embargo, debes tener cuidado porque seguramente una chica podría acercarse y coquetearte —le advirtió.

—Tú me vas a cuidar, ¿Cierto? —expuso, con una carita de susto.

—Sabes que lo haré —acarició su mejilla. Jamás dejaría que le pasara algo malo, no mientras ella estuviese presente.

Una vez que Martha terminó con su hamburguesa, se dedicó a revisar los apuntes de su compañera para socializarlo y llegar a una conclusión certera.

Lililunita (id: 1409518): Hola, señorita. Espero se encuentre bien. No se imagina lo feliz que me pone ver algún comentario suyo en mis historias. Extrañaba esta pequeña, pero gratificante interacción ...