1. El cambio de una madre (IX)


    Fecha: 06/08/2019, Categorías: Incesto Autor: Luisjapin, Fuente: CuentoRelatos

    ... calzoncillos. Salió como un resorte.
    
    Comenzó a chupármela muy despacito. Yo acompañaba su cabeza con mis manos.
    
    Tras un rato de rodillas chupando mi polla, la levante y le quité el sujetador, comencé a chupar sus duros pezones, mientras que le metía mano, entre sus bragas y acariciaba su coño, estaba muy húmedo, encharcado diría yo.
    
    Me sentó en la cama y comenzó a hacer una cubana con sus tetas me encantaba.
    
    La cogí y le quite el tanga, me lo llevé a la nariz, olía al coño, que me iba a comer y que tanto me gustaba follarme.
    
    Le comí el coño, le comí el clítoris, sus labios vaginales, a mi madre le gustaba mucho, escondió la cabeza debajo de la almohada para que no le oyesen chillar. Seguí un rato más hasta que ella, me paro, me tumbó en la cama y se puso encima mío, empezó a hacer una paja con el coño, resbalaba muy bien estaba tan lubricada.
    
    La cogí hicimos un 69, hasta que ya no podía más y la puse a cuatro patas. Hundí mi polla hasta dentro de su húmedo coño y comencé un bombeo, rápido, aguante un buen rato mi madre chillaba bajo la almohada.
    
    -Siii siiii joder no pares, no pares me matas cabrón que gana de follar tenía, sigue sigue...
    
    Hasta que se corrió como una loca, no sé cuántas veces y cayó rendida en la cama. Saqué mi polla y comencé a hacerme una paja, le pedí que me la chupara. Estaba a punto de correrme la paré, saqué la polla de su boca y me corrí en toda su cara. Le llené la cara de lefa, caía hasta las tetas.
    
    Tuvo que ir al baño a limpiarse.
    
    Cuando volvió descansamos un poco, pero al rato volvimos a follar otra vez como locos. Echamos tres polvos casi seguidos esa noche.
    
    Los días pasaban entre excursiones, piscina… Comida, bebida. Todos los días le dábamos de beber a mi padre mucho, para que por la noche nos dejará a mi madre y a mi follar tranquilos. No se enteraba de nada.
    
    A mi hermano, se le fue pasando la broca del primer día y dejaba otra vez una poco desatendida a mi cuñada. Se pasaba casi todo el día en bar con mi padre. Mi pobre cuñada lo dejó por imposible.
    
    El sexto día, la mar estaba muy revuelta, y había olas muy grande, casi todo el mundo estaba mareado. Mi madre no podía más la mujer, se pasó, todo el rato en la habitación, vomitando.
    
    Mi hermano, Claudia, mi padre y a mí la verdad que no nos mareaba, el oleaje. Después de cenar tomamos unos gintonic como hacíamos todos los días antes de ir a dormir.
    
    Había un espectáculo de malabares, en una especie de teatro que había.
    
    Les propuse ir a verlo, pero mi padre y mi hermano, dijeron que eso era un rollo que se quedaban tomando algo.
    
    Entonces dijo, Claudia yo te acompaño, me apetece verlo. Además vosotros sólo pensáis en beber.
    
    Pusimos rumbo al teatro mi cuñada y yo.
    
    Nos sentamos en dos butacas, la verdad que no hay mucha gente, estaban todos en la habitaciones mareados.
    
    Entonces mi cuñada me dijo algo que me dejó, helado y que no me esperaba para nada. Fue directa al grano. No estuvo a rodeos.
    
    -Hoy no tenéis que ...
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