1. Día tras día (el show debe continuar)


    Fecha: 05/08/2019, Categorías: Gays Autor: Gavin, Fuente: SexoSinTabues30

    ... gallina. Sentí deseos de cubrirlo de besos, como si pudieran protegerlo de este mundo salvaje. Me dejé llevar y a fuerza de mimos y caricias, se fue serenando.
    
    -Dijiste que la primera experiencia con otra persona tendría que ser agradable.
    
    -Sí, Marcos, lamento que no haya sido así.
    
    El chico estaba pensativo. Puso sus brazos debajo de su cabeza y cerró los ojos. Apoyé suavemente mi cabeza en su pecho.
    
    -¿Te conté que tengo fantasías?- susurró.
    
    -Me dijiste, sí.
    
    -Ahora tengo una…
    
    -¿Te gustaría estar viajando a Marte…?
    
    – No, me gustaría estar haciéndolo con vos.
    
    -¿Querés cogerme?
    
    -¡No, al revés! Me haría sentir bien. Claro que si no querés…
    
    Me había sorprendido.
    
    Siguió hablando: -Podría borrar lo malo de esta noche con algo que no podría olvidar. Nunca tuve sexo con un chico.
    
    Aunque yo disfrutaba más el rol pasivo, ya había tenido una experiencia muy satisfactoria con el pequeño Mike. Además, Marcos era un chico muy atractivo y me necesitaba.
    
    Y me gustaba que me necesitaran. Me gustaba demasiado.
    
    Busqué en mi armario mi equipo de trabajo: todavía me quedaba gel íntimo.
    
    Marcos se entregó a mi iniciativa. Mi lengua persiguió a la suya y la atrapó en un abrazo sensual y caliente. Nos besamos hasta que se nos acabó el aliento.
    
    Mientras él se recuperaba, mi lengua rodeó sus pezones, recorrió su torso, se entretuvo en su ombligo y siguió viaje por su pubis sedoso hasta encontrar su pene, ya en erección.
    
    A diferencia de los gemidos bestiales que venían del cuarto de al lado, donde el papá de Marcos estaría embistiendo como un jabalí a mi mamá, en mi habitación, Marcos apenas suspiraba.
    
    Pero esos inocentes quejidos eran reales, sinceros, afectuosos.
    
    Preparé a Marcos para la penetración. Con mis dedos exploré su rosado orificio. Estaba limpio y como todo su cuerpo, olía a jabón y al perfume de mi mamá. Mi lengua le dio un anticipo del placer que le iba a entregar. Éramos de la misma altura y complexión: dos chicos guapos de trece años.
    
    Levanté su cola para que me fuera más fácil penetrarlo profundamente y unté su agujerito para que no sintiera dolor.
    
    Acaricié sus caderas. Vi como Marcos apoyaba la carita sobre las sábanas y con los ojos cerrados, sonreía.
    
    Seguramente pensaba en sus fantasías más excitantes. ¿Tal vez se imaginaba que quien lo cogía era un hombre musculoso y peludo, algún superhéroe, algún actor de cine, algún famoso? ¿O estaría soñando que yo, un niño rubio al que apenas conocía… era el que lo iba a penetrar?
    
    Como fuera, hice realidad su fantasía.
    
    Y fue delicioso para los dos. Después de disfrutar nuestros orgasmos, nos abrazamos en silencio. Todo había salido bien.
    
    En la otra habitación, el papá de Marcos gritaba“¡Perra, puta, zorra!”, mientras mi mamá gemía de placer (yo la había escuchado ensayar esos aullidos en sus ratos libres).
    
    Todo eso era tan falso.
    
    -¿Por qué hacen esas cosas?
    
    -Instinto animal, dinero… somos bestias consumistas.
    
    -¿Somos? Vos no ...