1. Día tras día (el show debe continuar)


    Fecha: 05/08/2019, Categorías: Gays Autor: Gavin, Fuente: SexoSinTabues30

    ... favorito.
    
    Sí, la lengua afuera estaba bien. Que señalara mi orificio, dando la impresión de que lo estaba por penetrar.
    
    Empezó a tomarseselfies. Al cuarto intento, salió lo que buscábamos: Marcos sonreía lascivamente junto a un trasero muy joven. Todo lo que se veía de mí era suave y rosado. Envió la foto.
    
    -Lindo culito… pero no se ve mucho- fue la respuesta.
    
    Mamá llamó. Ya estaba a dos cuadras, venía en taxi.
    
    Le pedí el celular a Marcos y le escribí otro mensaje a su papá:“Viejo, traé unas botellas que Cielo quiere celebrar con nosotros”. Agregué la dirección de un local a cinco cuadras de casa donde conseguiría bebidas.
    
    Le mostré el mensaje a Marcos. Cambió algunas palabras (sacóViejo y escribióPapá) y lo enviamos.
    
    Su viejo respondió conemojis: una carita feliz que sacaba la lengua, una jarra con cerveza y un pulgar en alto.
    
    El ascensor ya subía. La puerta se abrió y por fin, entró mi mamá. Al vernos desnudos, sobre la cama, se le escapó una carcajada.
    
    -¡Parecen dos angelitos!
    
    Estaba ebria.
    
    -¿Y ahora?- me preguntó Marcos, abrazándome. Estaba aterrado.
    
    -Vas a tener que hacerlo con ella.
    
    -¿Con tu mamá?
    
    Mamá lo interrumpió, mientras se desnudaba: -Vamos, nene, ¿sabés la cantidad de pendejos a los que les enseñé a coger?
    
    Marcos se estrechó a mí: -No quiero hacerlo, Rusito. Quiero estar con vos.
    
    -Tenés que ser valiente, amigo –lo animé- Mamá te va a ayudar. Y tu viejo dejará de presionarte.
    
    El portero eléctrico anunció la llegada del papá de Marcos con su cargamento de alcohol. Yo me escabullí a mi habitación. Oí abrirse la puerta, oí las risas exageradas y las frases habituales.
    
    ¿Cuántas veces, desde mis once años, había escuchado toda esa representación, la melodía triste que cada noche escuchan las prostitutas?
    
    El sonido del portero eléctrico, el regateo del precio, los besos ruidosos, una botella que se abría, el plástico del preservativo rasgándose, los gemidos primero suaves, después exagerados, la conversación tranquila después del orgasmo, la despedida… y otra vez, vuelta a empezar: el portero eléctrico, el regateo, los besos…
    
    Así era su vida. Día tras día.
    
    Pensé en Santi, a quien su papá lo había llevado de gira por Inglaterra. ¿Estaría pensando en mí? ¿O ya estaría enamorado de otra persona, de una chica tal vez? Recordé su cara de bueno, sus rulos oscuros, su cuerpo musculoso., su voz cálida.
    
    La puerta de mi habitación se abrió de pronto y Marcos entró como si lo hubiesen arrojado dentro. Parecía enfermo, por señas me dijo que necesitaba ir urgentemente al baño. Le mostré donde estaba. Vomitó. Después, hizo unos buches para sacarse el mal sabor.
    
    -¿Estás bien?
    
    -¡No! Fue horrible.
    
    Nos acostamos en la cama y se abrazó a mí como una criatura. Sollozaba.
    
    -Papá está ahora haciéndolo con tu mamá… Le pagó por dos horas más… Debe ser terrible para vos.
    
    -No te preocupes, Marcos, ya estoy acostumbrado. Es la historia de mi vida.
    
    El pobre chico tenía la carne de ...