La pequeña María II - Relatos Eróticos

La pequeña María II

Tras escuchar todo el relato de María me había dejado completamente encendido y aparentemente a ella también ya que en todo el rato que me contaba todo más de una vez le tenía un dedo metido en su coñito pero el tiempo había acabado ya no faltaba nada para que la vinieran a buscar y a la final del día me tocó autocomplacerme, lo peor que luego de ese día no tuve oportunidades de quedarme completamente asolas con ella y estaba asistiendo menos a mi casa, ya sin poder hacerle nada con el tiempo mi apetito sexual hacia ella se había controlado bastante. Llegado las vacaciones de verano obviamente menos la iba a ver por mi casa así que me había resignado, a los pocos días mi hermana me pregunta si quería trabajar en el plan vacacional como no tenía más nada que hacer le dije que sí de esa manera ganaría algo de dinero para mí, allí me encargaría de vigilar a los niños, cantar canciones infantiles, etc.

Llegado el primer día del viaje del plan vacaciona conocí a quienes serían mis colegas por ese mes y a los niños de quienes estaríamos cargo, por suerte no era un grupo grande solo consistía de 32 niños para mi sorpresa María estaba en nuestro grupo al igual Carlos y su hermano incluso estaba Jenny, tristemente no pude tener mucho contacto con María porque si no estaba hablando con sus amiguitas o estaban jugando a algo sino yo tenía que estar haciendo otra cosa y así paso más de medio mes, visitamos museos, algunas playas, el circo, etc. Un día fuimos a un parque natural allí los niños disfrutaron de algunos juegos organizados por nosotros más un pequeño evento, horas después notamos que habían algunos niños algo alejados por una parte que estaba medio abandonada llena de alta maleza y los llamamos, minutos después noté que faltaba María y Carlos, en ese momento mi imaginación voló y fui a explorar donde estaban jugando los niños hace rato al poco tiempo escuche ligeras risitas y me moví con mucho cuidado, esperaba ver nuevamente a María mamándosela a Carlos pero al asomarme vi en cuatro a María y Carlos como conejos apareándose, mi verga ya estaba más que dura pero no quería asustarlos en especial a Carlos así que en vez de hacer que lo había descubierto me aleje cuatro pasos y los llamé dándole tiempo de que se subieran sus pantalones deportivos y al acercarme los veo hablando con autoridad –“¿Qué estaban haciendo aquí?, les dijimos que no vinieran a jugar por acá” –“nada ya nos íbamos” dice Carlos nervioso –“¿y tú María?” –“¿yo que?” y pone su carita de confundida –“te puedes ir Carlos, tengo que hablar algo rapidito con ella” y cuando verifico que ya se ha alejado lo suficiente tomo de la mano a maría y mientras volvemos donde los encontré le digo –“vi lo que hacían, simplemente los llame para que Carlos no se alarmara y no quería que el tampoco supiera que yo lo sé todo” apenas llegamos sin dejarla hablar le había bajado sus pantalones hasta la rodilla y la puse en cuatro nuevamente al igual yo me había bajado la ropa dejando a la vista mi ...