1. Mis machos: Mi sobrino postizo, un encanto de chico


    Fecha: 01/08/2019, Categorías: Confesiones Autor: chabelita90, Fuente: CuentoRelatos

    Carlos vino a casa con la novedad que su primo Antonio venía a visitarnos unos días, en realidad quería que Carlos lo acompañe unos días a pescar y a ver la posibilidad de un negocio cerca de Villa la Angostura. El viernes siguiente ya anocheciendo llegaron a casa Antonio y su hijo Nicolás.
    
    Yo sabía de toda la familia de Antonio (y ellos de mí) a través de conversaciones de teléfono, pero recién ahora tenía la oportunidad de conocerlos en persona. Antonio era un cincuentón bien parecido y simpático, su hijo Nicolás un adolescente de 18 años, era un chico alto delgado y lampiño que aparentaba menos edad.
    
    Luego de las presentaciones y bromas de rigor, acordaron salir temprano en la mañana, de modo que Carlos dejo cargadas sus cosas en la camioneta de su primo para no perder tiempo en la partida. Lo que yo ignoraba es que ellos habían planeado el viaje sin Nicolás, o sea, el chico debía quedarse conmigo mientras ellos estuvieran ausentes. Par de picaros veteranos seguramente, tenían pensado alguna cosa más que ir de pesca y negocios.
    
    A la madrugada siguiente los pescadores partieron felices de la vida, luego de darles el desayuno me despedí de Carlos con un beso y mi deseo de suerte “en la pesca”, que sonó tan irónico que ambos sonrieron. Yo aproveche el resto de la mañana de ese sábado para ordenar la casa, estaba en eso cuando Nico apareció semidormido todavía, me saludo con un beso y un: “buen día tía”, cosa que me encantó, yo no había tenido sobrinos y que me aparezca de pronto uno postizo era muy lindo.
    
    Le hice el desayuno y conversamos un rato, le pregunte por el colegio, los amigos, si tenía novia etc. Nico era bastante parco, así que mucho no me enteré respecto a él. Se me hacía tarde para ir al negocio de modo que me duche y vestí rápido, invite a Nico a venir, pero prefirió quedarse y usar la pileta, le dije que se maneje a gusto en la casa y me fui, al salir me dijo: “chau tía, anda tranquila que yo cuido todo”, me sonreí y salí para el negocio.
    
    A mi regreso agobiada por el calor del mediodía, guarde la camioneta en el garaje y fui al dormitorio a ponerme alguna ropa más liviana, por la ventana vi a Nico disfrutando de la pileta, lo observe un largo rato y en ese momento mi cabeza empezó a trabajar a mil. No era deseo sexual (ya que la semana anterior había estado con los chicos en el campo y me dieron como de costumbre una terrible dosis de sexo), pero si el morbo de pensar que estaría sola en casa con Nico varios días.
    
    A medida que lo miraba nadar y zambullirse el morbo y la calentura me estaban desbordando, traté de calmarme, me puse mi bikini y fui hacia la pileta, Nico no me había escuchado llegar y sorprendido cuando me vio me saludó con “hola tía”, me encantaba que me llamara tía, le sonreí, lo salude y me tire al agua, yo había dejado a propósito sueltos los breteles de mi corpiño, de manera que cuando salí de abajo del agua me quedaron los pechos al aire, actué como si no me hubiera dado cuenta esperando que ...
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