1. Cuanto más primo...


    Fecha: 31/07/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ojos brillantes. Estaba, comprendí enseguida, cachonda como una perra. Me extrañó verla así. Además de ser bastante flacucha y poco agraciada vestía como una monja y era bastante distante. Pero enseguida iba a descubrir que en realidad era una pervertida de tres pares de cojones.
    
    -Ahora coges las bragas y el sujetador de ella y te los pones.
    
    Yo la miré con la boca abierta.
    
    -Que te los pongas.
    
    Mi prima Rocío me alcanzó su ropa interior y yo me la puse como buenamente pude. Mi prima Carolina se desabrochó los botones del pantalón, se metió la mano derecha en la entrepierna y continuó dándome órdenes.
    
    -Ahora la pones a cuatro patas y le chupas el culo.
    
    -Oye, eso no...
    
    -Le chupas el culo o me chivo de todo.
    
    Mi prima Rocío se puso en el suelo a cuatro patas y se separó las nalgas con las manos. Yo me coloqué detrás de ella y metí mi cara entre sus glúteos. Superando una vaga sensación de asco cerré los ojos y estiré mi lengua hasta tocar su ano. Ella suspiró de placer. Yo lamí con aprensión pero también con deseo. Su culo tenía un sabor fuerte, pero embriagador, como a sudor concentrado, mezclado con vaselina y con restos de mi corrida. También el aroma a pescado fresco de su chocho llegaba a mi nariz y se mezclaba dando lugar a una combinación extrañamente excitante. Empujé con la punta de mi lengua y la metí un poco por su ojete. Agarré sus nalgas con mis manos y empecé a masajearlas, notando cómo me acariciaban la cara. Pude escuchar los jadeos roncos de mi prima Carolina, y noté cómo mi prima Rocío se acariciaba también mientras sentía mis lametazos en su culo. Mi polla empezó a empinarse a toda velocidad y se salió de las bragas. Abrí los ojos y miré a mi prima Carolina, que se retorcía despatarrada sobre el sofá, gimiendo como una guarra. Se le caía hasta la baba a la muy cerda.
    
    -No pares ahora...
    
    Mi prima Rocío echó el culo hacia atrás, avasallándome. Yo volví a lamerlo golosamente mientras acariciaba sus muslos temblorosos. Mi lengua se iba abriendo cada vez más paso dentro de su ano y yo estaba tan caliente en aquel momento que juro que hasta me habría comido con gusto su mierda si se hubiera dado el caso. De repente mi prima Rocío soltó un grito desgarrador y empezó a agitarse de forma tan violenta que me tiró para atrás. Nunca la había visto correrse de aquella forma. Mi prima Carolina, entretanto, estaba relamiéndose los dedos. Cuando terminó, vino hasta donde estábamos nosotros, y para mi sorpresa empezó a lamer los restos de mi lefa de la espalda de su hermana mayor. Yo no daba crédito. Mi prima Rocío se escabulló y la miró sorprendida mientras Carolina se tragaba mi semen con cara de vicio.
    
    -Bueno, ya está, ¿no? ¿Nos podemos vestir ya?
    
    -No. Ahora falta que disfrute él...-y mirándome a mí dijo: ponte de pie.
    
    Se lamió la palma de la mano y empezó a hacerme un pajote mientras con la otra mano me acariciaba las pelotas.
    
    -Es como jugar al Tetris-decía-la palanca, y los botones...
    
    Yo estaba ...