1. Hemos estado a punto de que su esposo nos descubra.


    Fecha: 28/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Infidelidad Sexo en Grupo Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30

    ... mientras su marido dormía a pierna suelta en su habitación, ella cuando no estaba mamando, estaba gimiendo de placer, y moviendo sus caderas, a medida que sentía como algunas de nosotros cuatro la penetrábamos.
    
    No bien había terminado de mamar una de las vergas, cuando ya tenía dentro de su boca otra, durante el resto de la noche, perdimos la cuenta de las veces que nosotros la penetramos, y por donde lo hicimos, ya que ella se dedicó hacer de todo.
    
    Hasta que, ya no pudiendo más, se quedó completamente agotada, y dormida, totalmente desnuda, sudada, y llena de semen por todo su cuerpo, tirada en el medio de la sala.
    
    Después de eso ella procuró no encontrarse con ninguno de nosotros cuatro, hasta que en otra de las reuniones que hicimos, nos enteramos por ella misma que su esposo estaba de viaje.
    
    Aunque al principio no se movió de donde estaban las chicas, pero ya cuando cayó la noche, y la mayoría de los vecinos se retiraron, de momento se encontró prácticamente a solas con nosotros cuatro, ya que el dueño de la casa, cortésmente nos pidió que nos marchásemos.
    
    Fuera de la casa donde se realizó la reunión, comenzamos a disculparnos con ella, por lo que le habíamos hecho, aceptando que lo hicimos aprovechándonos de que ella estaba completamente borracha, aquella noche.
    
    Le agradecíamos enormemente que no nos hubiera denunciado a la policía, nuestra vecina en ese instante, aunque estaba en sus cinco sentidos, se le ocurrió decirnos que no nos preocupásemos que ella no se acordaba, de lo que había pasado, y nos pidió que le hiciéramos el favor de acompañarla hasta su casa.
    
    Por el trayecto ninguno de nosotros dijo nada, pero en todo momento teníamos nuestros ojos clavados en sus nalgas, y tetas, y entiendo que ella se dio cuenta de eso.
    
    Hasta que llegamos a la puerta de su casa que, para sorpresa nuestra, al tiempo que nos invitó a pasar, también nos ofreció algo de beber, al tiempo que dejaba que su vestido se deslizara hasta el suelo.
    
    Esa noche, aparte de que le mamamos el coño, y el culo un sin número de veces, dejó que nosotros hiciéramos con ella, lo que nos dio gusto y gana.
    
    Lo mejor de todo eso es que la vecina le ha agarrado el gusto a que la penetremos entre varios, y ha habido ocasiones en que hemos estado a punto de que su esposo nos descubra. 
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