1. La princesa Amanda Cap.1


    Fecha: 10/01/2023, Categorías: Fetichismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... como un perro.
    
    —Oh, que bueno que ya bajan a comer, Axel… ¿Por qué no llevas camisa? —una las mas alegres de mis tías me pregunta.
    
    —Yo bueno… es que me dio calor y me la quite —cosa que no era mentira, tenia calor ya que estamos en verano.
    
    —Ah… claro, siéntete como en casa —todas en la sala me miran raro, ahora soy el maleducado de la familia oficialmente
    
    —A mi primo no le gusta mucho usar ropa, verdad ¿Axel?
    
    —Sí, bueno, a veces —ella siempre encuentra la forma de mantenerme humillado
    
    —Iremos a comer algo, por cierto, buenas noches, tías —y les dio una sonrisa que aparentaba ser linda y Cortez. Ella avanzo hasta el comedor y yo la seguí por detrás con algo de vergüenza.
    
    Todos mis primos se sientan a orden de mi prima, entonces toma la ultima silla y la muevo para que mi prima pueda sentarse y finalmente lo acomodo, supongo que había visto a un sirviente hacer eso en una película y lo imite.
    
    —Mi pueblo está hambriento, esclavo, toma los platos y sírvenos de comer —entonces tomo cinco platos y cinco vasos y los coloco sobre la mesa, en todos sirvo una porción de pollo y otra de puré de papa, vierto limonada en sus vasos y finalmente coloco los utensilios.
    
    —No te preocupes, tú también vas a cenar, pero tendrás que esperar tu turno. Mientras, creo que la condesa Angelica requiere de tus servicios —condesa, parece que ha inventado nuevos puestos superiores a los súbditos. Volteo para ver a mi prima Angelica, de un año menor que yo y con una melena rubia y ojos infantiles.
    
    —Quiero que masajees mis pies mientras como, esclavo —esa última parte le costó un poco decirla
    
    —Debes contestar con decencia, esclavo —me regaña mi ama
    
    —Me alegro de que me dé el honor de dar un masaje a sus pies, condesa Angelica —entonces, me pongo de rodillas y gateo bajo la mesa hasta ella, tomo sus bailarinas algo usadas y se las quito. Con sus pies a cinco centímetros de mi cara y mi estomago en el suelo me dedico a masajear sus dos pies a la vez.
    
    Todos empiezan a comer y noto que mi estomago ruje. De vez en cuando, Angelica frota sus pies en mi cara y los acerca a mi nariz para que los olisquee y ella solo sonríe.
    
    —Parece que te gustan, te permito lamerlos, perro —estoy tan metido en el papel que solo lo hago, postro mi lengua sobre sus plantas y metas sus diosas en mi boca.
    
    —Gracias, condesa —ella se ríe de que yo le de las gracias a una niña de diez años por dejar lamer sus pies. Después de unos minutos hablar mi prima.
    
    —Te llego la hora, perro —y me lanza una sonrisa de su rostro
    
    —Acércate a mi —calzo a Angelica y te rodillas me coloco debajo de su lugar, posteriormente toma una cucharada de puré de papa y la lanza al suelo, ahora lo pisa con sus pies, el puré se desparramo por el suelo y sus dos pies
    
    —Tenias mucha hambre, verdad, ahora come
    
    Quito el puré que quedo pegado a sus suelas y lo trago, la parte más difícil fue entre sus dedos, uno por uno debí de lamer entre ellos para no dejar nada. Aunque sus pies ...
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