1. Tino, mi perverso vecino, me rompe el culo en su casa


    Fecha: 23/03/2019, Categorías: Gays Autor: danisampedro91, Fuente: CuentoRelatos

    Cada vez que se acercaba el sábado, me iba poniendo más nervioso. Sabía que tenía que acudir a la casa de mi perverso y chantajista vecino, Tino. Estaba completamente seguro de que iba a volverme a dar por el culo, y la verdad es que aparte de no gustarme nada de nada mi perverso vecino, me asustaba que volviera a romperme el culo con aquel monstruoso consolador que tenía y me había ensartado la otra vez, cuando acudí a los trasteros. Además, temía que quisiera volverme a amarrar y me volviera a sacar fotos y gravarme en vídeo, no las tenía todas conmigo y desconfiaba de sus intenciones, lo del chantaje me tenía demasiado preocupado. Lo único bueno que le veía, era la larga polla y sus enormes pelotas, eso sí me gustaba y me hacía palpitar el culo. Pero su manera de mirarme y el pedazo de barrigón que tenía, no me gustaba nada.
    
    Los días fueron pasando y el sábado llegó, por lo que nervioso y excitado, a las 11 de la mañana, acudí a la cita. Con los nervios que tenía, antes de que dieran las 11 de la mañana, ya estaba saliendo de mi casa, antes había mirado a ver si veía a Luis, mi vecino, pero en su casa no había nadie, y no se veía movimiento alguno, por lo que antes de que dieran las 11 de la mañana, ya estaba saliendo de mi casa para acudir a la de Tino.
    
    Cuando llegué a la planta donde vivía él, toqué el timbre, esperando que no tardara en abrir, no me gustaba que me vieran los demás vecinos. Ya estaba muerto de nervios, cuando escuché como alguien subía en el ascensor. Si ya estaba nervioso, escuchar como el ascensor se aproximaba a la planta donde estaba, me ponía aún más alterado. Estaba a punto de marchar escaleras abajo, cuando de pronto se abrió la puerta del piso, haciendo aparición en el umbral de la puerta vestido tan solo con una bata, el perverso de mi vecino, Tino.
    
    Dios, en aquellos momentos las piernas me temblaban, me recorría un sudor frío por la espalda y la cara se me empezaba a enrojecer. No era capaz de abrir la boca, me quedé mirando aquella silueta que me había abierto la puerta, quedándose contemplándome con una cara de lujuria y perversión, que me hizo estremecer.
    
    Noté como las piernas me temblaban, y el vecino me miraba esbozando una sonrisa en su cara.
    
    Bueno bueno, pero si es mi vecinito. Menos mal que esta vez no me has fallado, me decía dejando que su bata se abriera mostrándome la enorme pija que le colgaba.
    
    Dios que hijo de puta, el muy cabrón solo llevaba puesta aquella ridícula bata, y por encima había dejado que se abriera, mostrándose la larga polla que tenía. Se le veía enorme, y eso que se veía flácida. Yo no podía quitar la vista de aquella verga, ¡ufff! Aquella visión me estaba empezando a excitar, notaba como mi polla se empezaba a empalmar, estremeciéndoseme el culito, quedando allí en el umbral de la puerta mirando medio hipnotizado, la figura de mi perverso vecino.
    
    Pasa me dijo, apartándose a un costado para que pudiera pasar.
    
    Yo como hipnotizado empecé a moverme para entrar, y ...
«1234...7»