1. Mi cita con la profesora (2)


    Fecha: 16/12/2022, Categorías: Lesbianas Autor: LunaLuccari, Fuente: CuentoRelatos

    Hola me llamo Luna tengo 21 años. Soy bajita (155 cm) de contextura delgada. Soy de piel blanca, ojos y pelo castaño. Bueno esta anécdota le conté a mis amigas y me hacía ilusión escribir esta anécdota. Después de la primera cita con mi ex profesora ( a la que llamaré Sofía) yo me sentía algo confundida. Era un sentimiento muy raro de confusión pero excitación. Me gustaba ella pero me sentía rara por qué era alguien que no me imaginaba besar.
    
    Por unos días seguimos chateando como si nada hubiera pasado. Ella era bastante picante y jugaba con el doble sentido. Yo intentaba guardar la compostura y hacerme la difícil. Aunque debo admitir que era bastante difícil a veces. Nos citamos un viernes a las 2 de la tarde en el carrusel de la 21 de Calacoto. Yo me senté al frente del restaurante de empanadas. El clima estaba muy bonito, el cielo estaba despejado y hacia bastante calor. Yo llevaba unos jeans rasgados con croptop negro. Ella llegó unos minutos después, vestida con un vestido negro con una polera blanca que le quedaba muy bien. Su pelo estaba recogido en una coleta y llevaba unas gafas de sol. Nos dimos un beso en la mejilla y me propuso pasear por el parque. A lo que yo algo nerviosa acepté. Mis manos me sudaban y mis piernas temblaban. Para mala fortuna había mucha gente en el parque debido a que era vacaciones de verano. A lo que Sofía me dijo que podíamos ir caminando a Auquisamaña por qué ahí hay un parque más tranquilo. Yo toda nerviosa le dije que si. Mientras caminábamos ella no perdía el tiempo en agarrarme por detrás poniendo sus brazos en mi estómago. Debo admitir que me gustaba sentir su boca cerca de mi cuello y sus pechos en mi espalda.
    
    Llegamos a un pequeño parquecito oculto en la calle costanera. Era muy bonito y las casas de su alrededor parecían lujosas. Nos sentamos en una banca en medio de los árboles. Para ese punto yo estaba bastante tensa y muy nerviosa. Me daba un poco de vergüenza de que alguien nos pudiera reconocer en la calle.
    
    Ella notó que yo estaba un poquitín nerviosa así que intento masajearme en el cuello. Para los que no sepan mi cuello y mis rodillas son mis puntos débiles. Son los lugares más sensibles. Cuando sentí sus manos largas en mi cuello mi mente se fue de viaje a las nubes. Era una combinación de relajación y excitación. Yo estaba cediendo a sus intentos. Casi por inercia coloqué mi mano derecha en su muslo izquierdo y comencé a frotarlo lentamente.
    
    De repente, con la poca fuerza de voluntad que me quedaba me di cuenta de lo que yo estaba haciendo y me detuve. Le dije a Sofía que quería que fuéramos más lento porque toda esa situación me abrumaba un poco. Ella con toda la serenidad del mundo entendió lo que yo me refería. Sofía me dijo que entendía que me sintiera nerviosa. Pero qué ella estaba muy enamorada de mi y que yo le gustaba mucho.
    
    Yo para ese momento no sabía que responder, me estaba derritiendo. Entonces ella colocó su mano derecha en mi muslo izquierdo y la otra mano la ...
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