1. Daniela


    Fecha: 22/07/2019, Categorías: Confesiones Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    ... preservativos franceses, hay que estar listo porque se le acaban rápidamente— de ninguna manera me puedo correr dentro de su vagina, ni siquiera puedo manchar su pubis o el vientre con mi semen, así que se la meto desde atrás —es un motivo extra de excitación para ella porque es una postura que siempre ha creído que sólo utilizan las putas— le doy
    
    pollazos
    
    adelante-atrás durante un buen rato sin dejar de acariciar su pepita del gusto y en cuanto se corre —parece tener cierta facilidad para ello o es que sigue tan salida que con no demasiado tiempo le vale— saco mi tranca de su acogedor empapado coño. Al principio me tenía que acabar yo solo cascándome un
    
    pajote
    
    , pero con el paso del tiempo he logrado que una vez recuperada del gasto físico de la follada me tenga en cuenta y me masturbe. Todavía no se atreve a comerme la polla con todas las de la ley, se la mete en la boca, aspira como si me hiciera un chupetón, pero no me hace mamadas ni, por supuesto, puedo correrme dentro de la boca.
    
    En Amparo se conjugan todos los tabúes, lugares comunes, temores y sinsentidos propios de la falta de educación sexual y de la represión religiosa de la España franquista. Es buena alumna, por decirlo de alguna manera, así que vamos logrando objetivos poco a poco, venciendo resquemores y consiguiendo placer, para ella y para mí, aunque por medio haya dinero.
    
    Daniela es a quién le tengo que agradecer casi todo lo que sé relativo al sexo, como dice la canción: con ella aprendí… y esto que aquí escribo es en su honor, como reconocimiento por su amistad, cariño y la ayuda que me prestó en distintas ocasiones, de muchas maneras, también recomendándome a mujeres que buscaban sexo de pago.
    
    Prima de un amigo del colegio, Daniela trabaja como encargada de una tienda de muebles cercana, ella fue quién formalmente me presentó a Amparo —me dijo que me había recomendado haciendo especial hincapié en que estoy muy bien dotado y en que me tenía que dar dinero— son amigas y confidentes. Se casa el próximo mes con un conocido frutero que tiene una docena de tiendas por toda la ciudad y al que le trae loco, sexualmente hablando.
    
    El día que cumplí dieciocho años, Dani —todos la conocemos por este diminutivo cariñoso— me dio como regalo mi primer polvo con una mujer que no cobrara por hacerme una paja o una mamada, lo único que hasta entonces había conocido.
    
    Daniela es once años mayor que yo. No ha sido nunca una
    
    tontita
    
    y de la manera más discreta posible ha tenido varios amantes —según su primo ha ido a abortar a Londres al menos una vez— y un par de novios
    
    para casarse,
    
    hasta que al final lo ha conseguido con el adinerado frutero, soltero metido en los cuarenta, simpático, fortachón, atractivo a pesar de estar algo pasado de quilos, casi completamente calvo, y loquito por su novia. No me extraña, porque es una mujer guapetona, morena de pelo y piel, alta,
    
    grandona
    
    , quizás con algún exceso de quilos bien repartidos en un cuerpo de ...
«1...345...21»