Mi relación con Paula 8 - Relatos Eróticos

Mi relación con Paula 8

... estaba allí y quería contarle a Paula su última aventura.

Nos sentamos a tomar café los dos juntos y charlamos. Me confesó que Paula le había hablado de mi físico, pero no había mencionado ciertos detalles. A pesar de que el primer día nos pilló, no pudo ver en aquel momento mi pene. Yo le agradecí el cumplido comentando también que tenía un cuerpo precioso.

Marta me contó cual era esa aventura. Hace unas semanas conoció a un par de parejas muy simpáticas y a otra chica, todos de nuestra edad, que eran bastante liberales, muy del rollo de ella. Me confesó que estaba muy contenta y que había feeling entre ellos. Yo me alegré, era justo lo que ella iba buscando. También me contó que esa noche anterior se había quedado con una de las chicas y que se habían enrollado. Así que estaba doblemente feliz.

Recibí un mensaje de Paula en el que me decía que no se encontraba muy bien en clase y que llegaría antes, a media tarde. Al ver mi cara de preocupación Marta me preguntó que ocurría y se lo expliqué. Decidí darle una sorpresa a Paula preparando una cena deliciosa en casa. Marta propuso ayudarme y agradecí su disposición. Cuando terminamos, me acompañó ha hacer la compra para esa cena.

Cuando Paula llegó a casa todavía estábamos cocinando. La verdad que ese día, a pesar del comienzo incómodo, había resultado ser un motivo para estrechar nuestra relación y ganar confianza.

Paula se acercó buscando un abrazo a lo que respondí abrazándola fuertemente para que se sintiera en casa. Tras preguntarle que le ocurría, me contó que conforme avanzaba la tarde se había encontrado un poco mejor, pero que solo deseaba llegar a casa para verme.

Terminamos de cocinar mientras Marta le contaba a Paula lo que había ocurrido el día anterior. Cuando fuimos a poner la mesa, Marta quiso despedirse de nosotros para dejarnos intimidad, pero Paula y yo le pedimos que se quedara. No íbamos a permitir que se fuera después de haberme ayudado y no disfrutara de la cena con nosotros.

Pasamos una cena muy agradable los tres, nos reímos mucho, tomamos un par de botellas de vino y comenzamos a contar anécdotas sexuales. Sin ninguna duda, las de Marta, eran las mejores.

Paula pedía más anécdotas. Marta me miró y comenzó a reírse. Advirtió que la última le había ocurrido ese mismo día. Yo ya me imaginaba que iba a contar y comencé a reírme mientras me ponía rojo como un tomate.

Marta comenzó la anécdota diciendo que tenía que avisarla de que yo me quedaba a dormir. Paula extrañada preguntó y Marta contó lo sucedido. Paula no dejaba de reírse imaginando la situación. Yo solía ponerme colorado con facilidad, como en ese momento, y se reía solo de verme así. Marta alabó mi pene y yo alabé los pechos de Marta, sin dejar de alabar también el cuerpo de Paula, la cual me advirtió que me iba a castigar luego. Los tres nos reímos bastante de aquella anécdota.

Marta confesó que le encantaba oírnos follar y que se ponía muy caliente al escucharnos. Lo que no imaginaba ...