1. Charlotte. Parte 1: El baile.


    Fecha: 18/07/2019, Categorías: Masturbación Autor: Sol y Estrellas, Fuente: TodoRelatos

    ... cada vez más fuerte. Desde el pasillo los veía a los dos, totalmente quieta sin entender qué sucedía pero sin poder abandonar esa escena. Daisy comenzó a revolverse suspirando profundamente, Weston estiró su mano derecha y desgarró el chemisse que ella tenía sobre el vestido dejando libre su escote. Se levantó y comenzó a besarla por el cuello y el pecho, sacó hacía afuera los senos y comenzó a lamerlos. Daisy abrazaba su cuello y gemía, su pelvis abandonada se movía como con vida propia y ella metió una de sus manos en la entrepiernas. La imité, puse mi mano entre mis piernas por sobre el vestido y noté que sí era placentero, ¿qué me estaba pasando?
    
    Weston la tomó en brazos y la puso de espaldas a él, puse ver como se desabotonaba los pantalones, levantaba sus faldas y con sus manos buscaba unir sus caderas. No entendí realmente lo que vi pero sabía que era algo que no debía hacerse y eso me produjo más placer, presioné con fuerza en mi cuerpo sin animarme a hacer algún ruido.
    
    - ¿La quieres, Daisy? – preguntó Weston - ¿Quieres que continúe?
    
    - Si, señor, si. Siiiiiiii – su respuesta se convirtió en gemido cuando el mayordomo juntó su pelvis con las blancas nalgas de Daisy.
    
    Comenzaron a moverse descontroladamente. Él desde atrás sostenía sus senos mientras ella apoyada de manos y cara contra la mesa del comedor gemía. Uno de sus gemidos subió se volumen para dejar de ser un susurro y Weston le tapó la boca, pero él tampoco podía evitar hacer ruido.
    
    - Ahhh… Si… ahhh… estoy cerca. – Subió una de las rodillas de Daisy al banco y agarrando con fuerza las nalgas comenzó a moverse más rápido aún. Sus cuerpos aplaudían al ritmo de ese baile extraño y privado que hacían.
    
    De golpe, el mayordomo se interrumpió tiró del cuello de Daisy haciéndola caer en el piso de rodillas, tomo con una mano su miembro y con la otra tiró la cabeza de la doncella hacia atrás. Y comenzó a esparcir por la cofia un líquido similar al orín. Mientras gemía con fuerza y ella lo miraba a los ojos, paciente. Weston se sentó en el banco y recostó su espalda contra la mesa mientras acariciaba un hombro descubierto de Daisy. Intuí que se había acabado semejante presentación y logré escabullirme hasta mi habitación.
    
    Me acosté en la cama pensando en lo que acababa de ver. Recordé a Daisy tocándose la entrepierna y de nuevo la imité. Estaba sola, así que levanté mi camisón y toqué directamente mi piel, me asombró encontrar humedad, no recordaba haber tenido pérdidas pero por alguna razón sentía todo mojado. Podía sentir el placer al presionar con fuerza, alternaba la presión a distintos ritmos y eso me causaba pequeños suspiros, similares a los de Daisy. Cerré mis ojos y la vi de nuevo moviendo su cadera mientras la cara del mayordomo se enterraba entre sus piernas. Tomé una almohada y casi desesperada la sustituí por mi mano. Con fuerza presioné con las piernas atrapando la almohada como Daisy atrapaba la cara de Weston. Me giré boca abajo y ejercí toda presión ...