1. Charlotte. Parte 1: El baile.


    Fecha: 18/07/2019, Categorías: Masturbación Autor: Sol y Estrellas, Fuente: TodoRelatos

    Comenzaré a relatar los acontecimientos que me llevaron al lugar en que me encuentro hoy, casada y con una vida que jamás imaginé. Ciertamente era mi mayor deseo la dicha marital pero el camino que debí transitar para ello no fue nada parecido a los sermones que predicaba el pastor Parson en Sussex. Soy la menor de 3 hermanos, hija de un caballero y una dama con sangre aristocrática, mi nombre es Charlotte.
    
    Esta historia comienza a los 18 años cuando mi padre toma la decisión de llevarme a mi primer temporada en Londres, notando que en la sociedad campestre en la que me movía no había caballero que igualara en rango con mi dote y mis aptitudes. Tampoco yo me sentía particularmente atraída a ninguno aunque los coqueteos galantes nunca dejaron de aburrirme. El único hombre disponible recientemente se había casado con mi hermana Mary, dejándome (según mi padre) sin más opción que presentarme en la sociedad londinense.
    
    Mi madre brillaba de felicidad ya que extrañaba las galas de Londres tanto como mi padre añoraba el campo, ella ocupaba todo su tiempo con la organización del primer baile al que yo asistiría que se llevaría a cabo en nuestra casa de ciudad. Los nervios también se apoderaban de mí, y aunque mi única tarea era prestar atención al instructor de baile no podía dejar de supervisar discretamente los arreglos de mi madre.
    
    La noche previa al baile no podía dormir, los nervios mantenían a mis ojos abiertos a altas horas de la noche giraba en mi cama sin poder dormir. Me estiré hasta el llamador pero no tiré de él, ¿para qué llamar a los criados si no sabía lo que quería? Me levante de la cama, necesitaba aire fresco, caminar, di vueltas por la habitación sin sentido y resolví caminar por la casa para controlar todo. Me puse el batín y recorrí los salones viendo que antes de acostarme ya se encontraban algunas de las decoraciones. Mis nervios comenzaban a reducirse, decidí bajar a la cocina y controlar allí también. Mientras bajaba oí murmullos, temblorosa de ser descubierta fuera de la cama me frené, pero la curiosidad pudo conmigo y discreta bajé a la cocina y me asomé al comedor.
    
    - No, señor – decía mi doncella. No entendía qué hacía ella ahí, un hombre de espaldas a mi se acercaba a ella.
    
    - Entonces, espero que continúe con su excelente trabajo – El hombre se movió poniéndose de frente a ella y dejando ver el perfil de nuestro mayordomo.
    
    - Si, señor. Gracias, señor.
    
    - Debo pedirte otro favor, Daisy. – el mayordomo, que doblaba en edad a mi doncella, se acercó, le tomó del mentón y le dio un beso.
    
    Me sobresalté. Sabía perfectamente que ese era un acto reservado para los matrimonios. ¿Qué estaba haciendo Weston con Daisy?
    
    - Vamos, Daisy, no tengo toda la noche – Daisy se mantenía quieta como una estatua – No importa, se que te gusta esto.
    
    Acto seguido el mayordomo la empujó hasta sentarla en un banco, se agachó en el suelo y levantando las faldas metió su cabeza entre las piernas de la doncella, que respiraba ...
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