1. Carpe Diem


    Fecha: 03/10/2022, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Decidimos irnos del local.
    
    Cuando salimos, nos cogimos de la cintura muy complicemente y apoye mi cabeza sobre ella, mientras le decía:
    
    Vamos a follar, Sara te necesito. Resople y le di un beso en la mejilla.
    
    Nunca lo he hecho con una tía, pero me apetece estar contigo. Vamos a la playa.
    
    Al ir hacia la playa, cuando no pasaba nadie por la calle bajaba mi mano y la metía en el bolsillo de su pantalón y apretaba fuerte su culo, sentía mis bragas calientes y me moría de ganas por acariciar su cuerpo desnudo. Ella solo hacia que reírse y mirarme con cara de lujuria. Una vez en la playa pudimos distinguir un puesto de hamacas y sombrillas, y allí nos dirigimos.
    
    Sara se quito el pantalón, llevaba unas braguitas rosas que mostraban su frondosa mata de pelo pubico. A continuación se quito su camiseta blanca y me mostró por segunda vez sus tetas perfectas. Me ayudo a desvestirme con mucha delicadeza, primero la camisa, luego el pantalón. Estaba bastante nerviosa por el espectáculo que contemplaba al ver mi cuerpo casi desnudo. Sus manos empezaron a desabrocharme el sujetador, nunca jamas había notada una sensación tan grande de liberación, manoseaba mis tetas cerrando y abriendo las manos. La abrace y nos dimos un fuerte beso. Poco después la tumbe boca-abajo en la hamaca, y me senté sobre su espalda, mis bragas estaban muy mojadas y ella solo hacia que decirme:
    
    Me gustas mucho, Miriam. Follame. Gemía desesperadamente.
    
    Vas a saber lo que es una buena corrida. Será el mejor orgasmo de tu vida. Le dije.
    
    Empece a darle besitos desde su cuello bajando por la espalda hasta que llegue a sus nalgas, con mis manos aparte sus bragas y separe sus glúteos, para poder chupar mejor la parte trasera de su almeja que ya estaba chorreando, hundí mi cara y metí mi lengua, empece a lamerla muy despacio, estaba jugando con ella y eso me gustaba. Empezó a correrse, y bebí de sus jugos. Ella se dio la vuelta y mientras me besaba, esta vez con mucha ternura, me bajo las bragas. Me tumbe sobre ella, acariciando suavemente mi cuerpo con el suyo. Mis pezones eran dos rocas. Me abrace a sus tetas y le comí los pezones, también muy erectos. Mientras sus piernas me envolvían y sentía su caliente coño a la altura de mi ombligo. Sara empezó a moverse apretando su conejito contra mi piel. Lleve mi mano hasta su coño. Acariciaba con pequeños círculos la parte externa de su chocho. A continuación sin avisarla, le introduje el dedo dentro de su vagina, se deslizaba suavemente porque estaba chorrosisima, acelere el movimiento y ella gritaba, por su vulva se precipito un río de liquido, que quería beber de nuevo.
    
    Miriam, déjame a probar a mí. Me dijo.
    
    Esta vez se puso, ella encima de mí. Separe mis piernas tanto como pude, para ofrecerle toda mi intimidad, quería que lamiera, y bebiera todas mis secreciones, que sintiera mi esencia en su boca. Rodeo mis piernas con sus manos y acerco su lengua directamente sobre mis labios menores, moviéndola de arriba a abajo. ...