Nunca enfades a tu novia - Relatos Eróticos

Nunca enfades a tu novia

Era noche de viernes y Alejandro estaba trabajando en una discoteca nueva en un pueblo, a 9 kilómetros de la ciudad. El grupo nos reunimos y nos fuimos en el coche de Gonzalo los cuatro.

Nada más llegar al local saludamos al portero. Preguntanos por nuestro colega y entramos. El local estaba lleno sobre todo la pista de baile, muchos chicos, algunas parejas y sobre todo muchas chicas exuberantes, algo que hacía ponerse dura la entrepierna del grupo. Fuimos a la barra y después de estar luchando con el resto de clientes conseguimos pedir nuestras copas e hicimos la vuelta de rigor. Finalmente tras ver un grupo de chicas bien guapas nos pusimos junto a ellas. Al otro lado había una pandilla donde a Simon le sobresalía una pareja, sobre todo ella. Era una chica morena con ojos marrones, con un top amarillo y una flada vaquera, en el respaldo del sillón donde estaba sentada con su novio había una chaqueta negra de cuero, que debía ser de ella por el tamaño. El novio tenía su cabeza hundida en el cuello de la chica, Simón intentaba no mirar pero miraba la chica recibía los besos del novio pero estaba atenta a la mirada de Simón y la forma descarada que tenía él de mirarla sabiendo que tenía pareja y que él estaba presente y podía descubrirlo y enfadarse de que otro hombre mirara a su novia pero esto a la chica le daba morbo ser descubierta haciendo miraditas con otro hombre mientras que su hombre le besaba el cuello. Simon después de un rato apartó la mirada y se fijó en otras chicas.

A lo largo de la noche cruzaron varias veces sus miradas como si se atraerán, y poco a poco comenzaron a jugar a ver quien apartaba la mirada antes, por supuesto ninguno quería perder y esto hizo que no resultará difícil descubrir como su novia miraba a otro hombre y comenzaron una discusión, Simón sonrió había ganado y apartó la mirada. Ya no volvió a mirarla.

Eran cerca de las 4 de la mañana cuando el grupo de los chicos estaba enfrascado en ligar con un grupo de chicas, diferente de las que habían visto tras la vuelta, Simon estaba cansado, buscó con la mirada a la chica pero no la vió así que se despidió de sus amigos diciendo que pediría un coche para volver a casa pese a que Gonzalo se ofreció a llevarlo pero Simon rehusó.

Había caminado 20 minutos por la carretera, camino del pueblo ya que el local estaba en un polígono industrial donde no llegaba ningún coche. Quizás Simon había pensando mal habiendo rehusado el ofrecimiento de Gonzalo ahora debía caminar un rato antes de conseguir un vehículo además hacía frío.

Apareció un coche y Simon no dudó. Sacó el dedo para que le acercaran al pueblo. El coche puso el intermitente y paró a pocos metros de él. Caminó hasta el coche y la ventanilla se bajó.

-Hola.- dijo una voz femenina que salía del coche.

-Buenas noches, Podrías llevarme al pueblo, por favor? - dijo Simón.

-emmm,vale, sube - dijo la conductora. Al abrir la puerta vio la cara de la chica, era la novia, la chica a la que estaba ...