1. Sussy, mi princesa


    Fecha: 16/07/2019, Categorías: Relatos Cortos, Autor: Alphy Estevens, Fuente: CuentoRelatos

    ... erecciones. Tenía dos semanas mendingando la amistad de esa preciosa criatura.
    
    -Quiero estar contigo. Penétrame con todo tu arsenal- exclamó.
    
    Sin pensarlo dos veces, metí mi nariz en la fuente que emanaba la exquisita fragancia que me había despertado. Metí mi lengua en sus dos orificios, extasiado por el escatol que inundaba todos mis sentidos. Ella temblaba de deseos y de pasión. No lo podía creer, un vagabundo sumergido en aquella reina, protagonista de sus sueños y fantasías.
    
    -Quiero que me hagas tuya. Lléname toda, pero trátame con sutileza que es la primera vez que estoy con un macho- Susurró.
    
    Su suave voz y la vehemencia con que me pidió aquello, elevaron mi erección a niveles nunca vistos. Saqué mi cara de su mojada gruta y me dispuse a conquistar con mi espada ese reducto virginal.
    
    Me subí torpemente sobre ella y coloqué mi armamento en su entrada para comenzar el ritual muchas veces anhelado. Mi miembro se fue deslizando lentamente en su interior y ella exclamaba extasiada que la penetrara toda.
    
    Con mis manos acaricié su espalda y me sumergí en una danza acoplada con mi princesa. Quería más y más. Mi miembro se expandió como inflado por arte de magia. Si quisiera sacarlo me sería imposible debido a su descomunal tamaño. Sus gritos se escuchaban a cientos de metros de nosotros. Ella era mucho más pequeña que yo, pero tenía una fortaleza indescriptible. Sus deseos de ser dominada, le daban fuerzas para soportar el cañón que tenía adentro.
    
    Se movía a mi ritmo. Quería más y yo no sabía de donde darle más. Sin embargo, le tenía una sorpresa que la haría explotar. Como impulsado por dos resortes, le apliqué un movimiento instintivo y me di vueltas quedando en un plano opuesto a ella. Vi las estrellas. En esa posición supe que no faltaba mucho para derramar mis mieles dentro de ella. Así, no podía disfrutar de sus elegantes piernas y su bella cabellera blanca y solo su aroma me empujaba a querer exprimir mi instrumento.
    
    Así permanecimos largo rato, extasiados por la succión involuntaria de su músculo vaginal que luchaba por extraer mis jugos. Era una experta en esos menesteres mágicos. Faltaba poco para venirme.
    
    -Inúndame toda, por favor, lo necesito- Exclamó.
    
    Un torrente de líquido viscoso manó de mi fuente palpitante y los latidos de mi corazón alcanzaron dimensiones desconocidas y ella gritaba agradecida por la infusión nutritiva que le había derramado en sus entrañas.
    
    Mi miembro se fue achicando por la ingente descarga. Mi princesa aflojó su presión y logré sacarlo fácilmente.
    
    Nos besamos y acariciamos prometiéndonos futuros encuentros.
    
    Nuestras muestras de cariño y afecto, fueron sorprendidas por una voz desafiante que se escuchó desde el interior de la casona:
    
    -¡Sussy, Sussy, donde andas! Vente para adentro. Ten cuidado con ese perro callejero.
    
    Mi princesa obedeció dócilmente el llamado de su amo. Su fragancia quedó flotando en el aire e impregnaba mi hocico como un elixir embriagante. Nos ...