Mi vecina Giselle 3 - Relatos Eróticos

Mi vecina Giselle 3

Pasaron unos días hasta que volví a verla. Fue una mañana de sábado, salí a dar un paseo y a la vuelta, justo cuando saqué mis llaves para abrir la puerta, ella abrió la suya:

- Hola guapo, contigo quería yo hablar.

- ¿ Ah, si?. ¿ Y de qué te gustaría hablar Giselle?. Por cierto, hola, hace días que no nos vemos - dije guiñándole un ojo.

- Esta noche quiero celebrar mi cumpleaños. Vendrán unas amigas, y me gustaría que estuvieras,... si no tienes plan , claro.

En ese momento estaba eufórico, pero no quise que se me notara.

- Pues creo que no tengo nada. Tenía una cena (mentira) pero me suena que se suspenderá por enfermedad.

- Pues estás invitado. Trae alguna cosa de beber y ese cuerpo hermoso que tienes.

Me dio un beso fugaz y cerró la puerta.

Durante el día me fui excitando al pensar, que si era capaz de aguantar toda la noche, quizás cuando marcharan las invitadas, yo me quedaría a solas con ella y volveríamos a tener un momento íntimo.

Hice la compra de la semana, fui al gimnasio y al volver, me puse mi mejor colonia y elegí el vestuario que me pareció más idóneo. Qué iluso, la ropa me iba a durar poco puesta.

A eso de las 20:30 cogí una botella de vino blanco, algunas cervezas, y tras comprobar que sonaba música y voces en su piso, piqué a su puerta.

Me abrió una trans, algo mayor que ella, muy corpulenta y con el cabello muy largo.

- Hola guapo, tú debes ser el vecino de Giselle. Pasa y ponte cómodo - me dijo con una sonrisa pícara.

Su comedor estaba ocupado por unas 6 trans y un hombre de raza negra. Ellas bailaban y bebían, él las miraba sentado y tomando algo que parecía whisky. Me acerqué a la cocina y allí estaba ella:

- Hola Giselle, feliz cumpleaños,...

Me dejó sin aire del beso apasionado que me dio. Agarró mi bolsa con las bebidas, las dejó en la encimera y me volvió a besar y a agarrar el culo.

- ¿Estás listo para pasarlo bien?

- Claro, a eso he venido.

- Brindemos.

Acababa de abrir champán. Sirvió dos copas y tras ofrecerme una, brindamos y nos las bebimos. Entonces se fue al comedor donde sirvió al resto de invitados.

Yo me tomé una cerveza mientras observaba como ellas hablaban y bailaban. Al rato, dos de ellas se fueron a una habitación. Viendo que no volvían, me entró la curiosidad. Me preguntaba si estarían haciendo algo sexual. Pero al mismo tiempo me decía a mi mismo "no, no pienses que porque sean trans piensan constantemente en sexo por su lado masculino" . Al acabarme la cerveza tuve ganas de orinar, y tras decírselo a Giselle, fui hacia el baño. El baño, al igual que en el piso que yo ocupaba, estaba al final de un pasillo, y al pasar por una de las dos habitaciones, me detuve a escuchar. Se oían gemidos y alguna palmada. Me excité tremendamente, estuve como tres minutos escuchando e imaginando la escena. Entonces recordé que me estaba meando. Entré al baño y como tenía una erección, me senté en la taza. Cuando pude descargar, me levanté y me dirigí nuevamente ...