Masaje de la monitora del gimnasio. - Relatos Eróticos

Masaje de la monitora del gimnasio.

Estaba en mi sesión diaria del gimnasio, pero me sentía cansado y con algunas molestias musculares, asi que lo comente con Devora, para conocer su opinión. Me acerque hasta el puesto de entrenamiento en el que se encontraba Devora y le comente:

C. Devora, ¿Tienes un par de minutos libres?

D. Hola Carlos, Si ¿Que te sucede o necesitas?.

C. Llevo un par de dias, que me siento cansado al realizar los ejercicios, y noto como en los cuádriceps me molesta cuando hago algún movimiento de estiramiento.

D. Deja la practica y al final la jornada, me lo recuerdas y te doy un masaje en esas zonas donde tienes las molestias.

C. Vale, al final de la sesión, te busco y te lo recuerdo.

D Ok, Carlos.

Llego el final de la sesión de mis practicas de ejercicios en el gimnasio, fui al centro de practicas donde se encontraba Devora y se lo recordé. Ella me dijo, vete para la zona de vestuario y entra en el mío (es el del fondo del pasillo derecho).

Me dirigí a la zona de vestuario, y al entrar en el de Devora, este estaba preparado con mesa de despacho, su ordenador y una camilla de masajes, con sus toallas encimas. Me senté sobre la silla de confidente de su despacho y espere sentado a su llegada.

No habia pasado más de tres minutos, cuando se abre la puerta del vestuario de Devora y allí me encontré con aquellauna hermosa joven de 28 años, de cabello rubio hasta la espalda, cuerpo escultural, ojos verdes claros, y un cuelo divino, sus pechos medianos, en definitiva una belleza de mujer, “recordé por unos instantes nuestro primer encuentro en su casa, y de recordar mi pene empezó a crecer”

Devora, entró y cerro su puerta, me pidió me tumbará en la camilla. Devora este día vestía una camisa de tirantes de color negro con un amplio escote y un pantalón deportivo del mismo color.

Me tumbe sobre la camilla, yo ese día vestía pantalón corto negro y camisa de manga corta verde botella. Le comente si tenia que desprenderme de alguna prenda, a lo que ella me comento, no es necesario de momento, ya que tus cuádriceps están al descubierto. Me coloque boca abajo sobre la camilla, y Devora comenzó a darme ligeros majases con sus dedos, desde los tobillos hasta mis nalgas. Me pidió que me desprendiera de la camisa, y me bajara los pantalones, para poder finalizar el masaje en todo el recorrido muscular, sentía como las manos de Devora recorrían mi cuerpo, desde los tobillos hasta las nalgas, para retomar el movimiento desde las nalgas y subir por mi espalda para llegar a la zona superior de la espalda, para luego bajar, a mi mente comenzaban nuevamente a llegar las imágenes de nuestro primer encuentro, y mi pene se estaba poniendo duro como una piedra.

Devora me habia untado aceite en toda mi espalda, nalgas y piernas, me estaba masajeando, cunado empiezo a sentir que me esta bajando los bóxer, y comienza a masajear mi culo, al poco tiempo, veo por el rabillo del ojo derecho, como se estaba quitando la camisa de tirantes negros y descubriendo ...