1. Confidencias de un compañero de trabajo


    Fecha: 12/07/2019, Categorías: Confesiones Autor: Elvira G, Fuente: CuentoRelatos

    ... entonces le había atendido en la puerta de la calle) y le enseñó la habitación. Rafael quedo entusiasmado. Una pieza grande, con dos ventanas al exterior, bien amueblada, con una cama ancha y una mesa enorme, dos sillones, armario y un lavabo en el propio cuarto. Temió por un momento que el precio no estuviera a su alcance, se lo preguntó a la dueña y resultó ser más barata que el hostal donde estaba. Además la señora le ofreció pensión completa por una cantidad razonable.
    
    Sin dudarlo le dijo que le interesaba quedarse a pensión completa. Una vez acordado se propuso hacer el traslado al día siguiente.
    
    A partir de ese momento se encontró cómodo en general. Aparte de la calidad de la habitación disponía del uso compartido del cuarto de baño de la vivienda, espléndido y muy limpio.
    
    Poco después fue conociendo las circunstancias de su patrona. Se percató de que, pese a su aspecto un tanto lúgubre, no era tan mayor como le había parecido a primera vista. Luego supo que tenía 40 años. Era viuda de un pescador que había fallecido al naufragar su embarcación en uno de esos golpes de mar que el tranquilo Mediterráneo guarda para hacerse respetar. Tenía un niño de cinco años que el primer día estaba con su tía. Aunque los seguros habían paliado la falta de los ingresos del pescador, había decidido alquilar la habitación para obtener una ayuda complementaria.
    
    Rafael continuo conviviendo con la madre y su hijo, que desde un principio simpatizó con él.
    
    En el trabajo. que paulatinamente fue dominando, no llegó a hacer amistades. Sus compañeros, mayores que él y casados, no eran especialmente sociables.
    
    Rafael se encontraba cómodo en la casa. Decidió aprovechar el tiempo libre para ir preparando el curso de acceso a la ingeniería superior cuando le fuera posible hacerlo. Me confesó que finalmente no llegó a tener la oportunidad de dar ese paso, pero él, entonces, lo tenía entre sus objetivos.
    
    Su vida continuó sin variaciones dignas de mención hasta una tarde de fiesta, en la que estaba estudiando en su cuarto, la patrona le invitó a merendar. Su hijo estaba con su tía y así no merendaba sola. El accedió lógicamente y durante un buen rato estuvieron charlando amigablemente. Rafael se percató de que ella había suavizado ligeramente su habitual luto riguroso. Aparte de la aparición de tonos menos severos en su indumentaria se notaba que se había maquillado discretamente. Además, sorprendentemente, la blusa de color crema estaba parcialmente abierta, pudiendo intuirse unos senos turgentes y plenos.
    
    Rafael, poco versado entonces en el trato con mujeres, no dejó de percibir el cambio en el comportamiento de ella. Decidió quedarse prudentemente a la expectativa para ver cuales eran los propósitos de ella...
    
    En un momento dado, abrió un mueble en el que había un tocadiscos. De un cajón sacó unos vinilos y puso uno en el plato. Según él recordaba eran boleros antiguos, que él había oído de pequeño. Ella, tímidamente confesó que era la primera ...