1. Confidencias de un compañero de trabajo


    Fecha: 12/07/2019, Categorías: Confesiones Autor: Elvira G, Fuente: CuentoRelatos

    Hace poco tiempo coincidí en mi empresa con un compañero bastante mayor que yo con el que he llegado a tener una relativa amistad. Es bastante retraído y tiene fama de huraño y poco comunicativo.
    
    Casualmente participé con él en un proyecto común y pude descubrir que bajo su apariencia hostil tenía una personalidad muy sensible. resultó ser un conversador muy ameno y, cuando adquirimos confianza, se reveló como una fuente inagotable de anécdotas.
    
    Una de ellas servirá de base a mi actual relato. No aseguro que fuera exactamente así lo que me ha contado, pero es como yo recuerdo su historia
    
    Rafael, que así se llama, había estudiado lo que entonces se conocía como peritaje industrial, en Madrid. Cuando terminó buscó trabajo en el sector de automoción, pero no consiguió encontrar nada interesante.
    
    Su padre, que debía estar introducido en el mundo del transporte consiguió que le hicieran una entrevista en una compañía dedicada al transporte por carretera. No era a lo que él había aspirado pero realizó la entrevista y tuvo la fortuna de ser seleccionado y contratado. Eso sí, en Barcelona.
    
    Así que en un corto plazo se tuvo que presentar en la sede de la empresa, situada en el Poble Nou, barrio de aquella ciudad. Aún le quedaba una sorpresa, allí le comunicaron que su destino definitivo sería una delegación situada en una población costera a cuarenta kilómetros de la capital catalana.
    
    Allí se presentó Rafael y su nuevo jefe le puso al corriente de su trabajo que consistiría en controlar los consumos y demás gastos de todos los camiones de la planta además de optimizar los trayectos de cada una de las rutas que convergían en la delegación. A Rafael se le hundió el mundo cuando vio el galimatías que eso suponía. Controlar a un montón de camioneros resabiados, él, que tenía poco más de 20 años y nula experiencia práctica.
    
    Los apuros y dificultades que tuvo que soportar me los fue contando posteriormente, pero no los quiero detallar para no resultar redundante.
    
    Lo primero que tuvo que solucionar fue su alojamiento y manutención. Encontró una pensión con ínfulas de Hostal, que le supuso buena parte de sus ingresos, que no eran nada excesivos. Las comidas las hacía en un restaurante modesto próximo al hostal.
    
    Cuando llevaba unas semanas instalado e iba cogiendo el aire al trabajo, descubrió, al dar un paseo por los alrededores del barrio que en una casa de planta baja, rodeada de un pequeño jardín, un cartel en el que se anunciaba que se alquilaba una habitación.
    
    Sin dudarlo llamó a la puerta para preguntar por el anunció. De la casa salió una señora mayor, vestida totalmente de negro y algo corpulenta. Rafael se interesó por la oferta y notó como la señora le miraba con cierta desconfianza. Antes de darle la información le hizo una serie de preguntas que a él le parecieron un interrogatorio en toda regla. Finalmente, cuando él le dio el nombre de la empresa y se aseguró que era empleado fijo, le dio acceso a la casa (hasta ...
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