1. El verano de 1986


    Fecha: 31/07/2022, Categorías: Primera Vez Autor: vule69, Fuente: CuentoRelatos

    ... alcanzar sus dedos con facilidad, o eso ella afirmaba de modo que mostraba sus calzones, dejándome a mil. Cada vez que lo hacía, yo terminaba masturbándome en el baño o en mi pieza como un loco.
    
    El local era atendido por su dueño tras una larga barra, detrás de la cual en aparadores de vidrio a diferentes alturas se exhibían distintas botellas de alcohol de todos lados del mundo y en medio de ellos, a través de una amplia ventana, podía verse una espaciosa y pulcra cocina. El sector central estaba dividido en dos hileras de mesas de pool con 5 en cada una, separadas entre sí por más de dos metros. Frente al bar, alineados ordenadamente en la pared, se encontraban los tacos.
    
    En las paredes colgaban cuadros con gordas mujeres desnudas y ruborizadas mejillas. Fotos y pinturas de veleros y barcos de vela enmarcaban un traje de buzo de esos muy antiguos con su escafandra, cable y el compresor a su lado.
    
    Al final de la barra, por su lado y en el rincón más alejado de la entrada; a unos 4 metros de la última mesa de pool, podía verse, sobre una plataforma de madera sujeta por dos gruesas escuadras metálicas toscamente atornilladas en la pared, una televisión conectada a un VHS y 5 mesas redondas de 1.20 m de diámetro, con 4 sillas cada una.
    
    En la pared del fondo, ubicada en la esquina opuesta a la barra, había un umbral sin puerta que daba a un pasillo de un metro de ancho, apenas más alto que yo, con dos puertas a la derecha que eran los baños y una al fondo, dos metros, al menos, alejada del baño de hombres. Era distinta a las otras, pues parecía más la entrada principal de una casa que el ingreso a una habitación más dentro de la casa.
    
    Al traspasarla pude ver que conducía a un cuarto que le decían el privado y donde había una mesa de pool, un gigante sofá cuero envuelto con una cubierta de tela, de 4 cuerpos color negro, una televisión más grande que la del salón principal, también con VHS y una mesa igual a las de la fuente de soda y 4 sillas. Todo era fino y elegante, incluso los tacos en la pared... Por lo que encontré extraño que la mesa que arrendaba a su clientela vip, tuviera el paño muy manchado y las barandas casi todas despegadas.
    
    Había sido contratado como ayudante de cocina, pero poco a poco, terminé colaborando donde era necesario. Así, garzoneaba, lavaba los platos, cobraba, preparaba algunos tragos, limpiaba la cocina y salía a los mandados.
    
    Dos días antes de Noche buena, el viejo me llamó a su oficina. Al acercarme escuché que le gritaba a alguien. Por vergüenza me detuve, presto para devolverme hasta que escuché la voz de Susana, llorando y reprochándole a su esposo que por su culpa, ella era así ahora.
    
    Roberto: te estás quejando???
    
    Susana: si... Si... Porque te das el gusto solo tú y a mi nunca me escuchas, solo ordenas y eso me tiene cansada.
    
    Roberto: mmmmm... Ya veo... Sabes querida, te encuentro la razón... Dime... Habla con toda confianza.
    
    Susana: no quiero ver más a los desgraciados de boris, ...
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