1. Secuestrado y violado por un hombre enorme


    Fecha: 11/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Gays Autor: amato, Fuente: SexoSinTabues30

    Cuando tenía 13 años, siempre regresaba caminando de la escuela porque estaba bastante cerca de donde vivía. Un día decidí tomar otro camino, uno más largo, porque me apetecía tardar un poco más.
    
    Era un niño muy guapo; tenía el pelo rubio arena y los ojos azules, alto, delgado, con un bonito culo de burbuja y una suave piel de bebé. Siempre me había gustado ver a los hombres desnudos, incluso cuando tenía menos de trece años. Por supuesto, nunca pensé que fuera gay, sobre todo porque era muy joven.
    
    De camino a casa esa tarde, me encontré con un hombre parado junto a una camioneta negra con ventanas oscuras. Era un señor enorme, de pelo y ojos oscuros, musculoso y alto, como de 1.80 metros de altura. Me di cuenta de que me estaba observando mientras caminaba. Yo estaba algo asustado porque no había nadie alrededor; era una zona de poco tráfico. Cuando pasé junto al hombre, miré hacia atrás y lo vi mirándome fijamente, para después empezar a seguirme.
    
    Le oí decir:
    
    —Niño, ven aquí un momento.
    
    Pero seguí caminando respirando cada vez más fuerte, el corazón se me aceleraba con cada paso. Aceleré lo más que pude pero de pronto el señor me agarró del brazo y me hizo girar a verlo.
    
    —¿No me escuchaste? Te dije que vinieras.
    
    Yo estaba muy asustado.
    
    —Ese es el problema con la generación de hoy en día, que no tienen disciplina.
    
    Me apretó del brazo con más fuerza y empezó a arrastrarme hacia su camioneta. Abrió la puerta y mientras yo intentaba escapar, pero no lo logré. Él era grande, fuerte y muy poderoso. Empecé a gritar, así que él me metió rápidamente en el vehículo y se subió conmigo. Me dio una fuerte cachetada.
    
    —Mira, zorra, no vuelvas a gritar ni a moverte a menos que yo te lo diga, ¿me escuchaste?
    
    Tomó una cuerda que tenía por ahí y me ató las manos y los pies, para después, sin más demora, quitarme toda la ropa.
    
    —De acuerdo, putita, no te muevas —dijo.
    
    Se movió al asiento del conductor y manejó durante unos minutos antes de que llegáramos a su casa. Cuando me sacó de la camioneta yo estaba tan asustado que me oriné encima mientras. Cuando me metió a su casa, me tiró al suelo y me dio una patada en el costado. Luego sacó una fusta y comenzó a golpearme en las nalgas desnudas, fuerte y rápido, haciéndome estremecer y gritar.
    
    Se bajó los pantalones y dejó al descubierto su enorme pene y sus bolas, tenía mucho vello. Tenía que ser de al menos 20 cm de largo y sus testículos eran enormes. El señor era muy muy peludo como un oso y casi tan grande como uno también. Yo seguía atado en el suelo cuando me metió la verga en la boca. Yo me resistía y cada vez que lo hacía, él me nalgueaba fuerte con una de sus grandes manos. Siguió violándome la boca y me dijo que chupara y moviera la lengua arriba y abajo por su todo su pene; me la metía hasta el fondo de la garganta mientras sus enormes pelotas peludas me golpeaban la cara. Cada vez era más grande en mi boca y podía sentir como palpitaba. Cuando por fin arrojó su ...
«123»