1. Don Rafael.1


    Fecha: 08/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Lo que voy a contar se produjo hace muchos años, era por Mayo del 81. Tenía yo entonces 14 años. Yo era buen estudiante y me estaba preparando los exámenes de fin de curso. Era una tarde calurosa. La vivienda familiar era una vivienda modesta de alquiler. Me levanté para ir a beber agua y cruzando el pasillo me encontré la puerta del dormitorio de mis padres abiertas, en él mi madre totalmente desnuda cambiándose de ropa. Me quedé parado observándola, mi madre al poco, 10 segundos quizá, advirtió mi presencia, volvió la cara, y yo desaparecí azorado inmediatamente pasillo adelante hasta la cocina.
    
    Al rato cuando mi madre se iba a la calle, me miró hasta que levanté la vista de los libros y me dijo: "no te vayas a tocar", me ruboricé, y le contesté que no, que no se preocupara.
    
    Mi madre entonces tenía 37 años, tenía un buen tipo y era guapísima de cara. Me llevé eludiéndola algunos días. Por supuesto que me hice una paja diaria pensando en sus tetas, grandes y con unos pezones puntiagudos, en su bonito culo y en su coño peludo que apenas pude ver.
    
    Éramos cuatro de familia, mi madre y yo, mi padre, cuatro años mayor que mi madre y mi hermano tres años menor que yo.
    
    Recuerdo que ya habían finalizado los exámenes, probablemente era finales de Junio. De nuevo pasé por el pasillo, de nuevo la puerta abierta y de nuevo mi madre desnuda. Se estaba mirando al espejo y se arreglaba el pelo con las manos. Estábamos solo los dos en casa, mi padre en el trabajo y mi hermano había ido con los tíos a la playa. Somos de Jerez de la Frontera. Ella advirtió de nuevo mi presencia, pero esta vez no salí huyendo, me quedé quieto, casi paralizado, no sé que me ocurrió. Ella, después de mirarme, "vamos abobao", y como yo no me movía se fue y cerró la puerta. Esta vez vi, observé su coño, tuve tiempo suficiente, me gustó mucho. Cuando mi madre se iba, yo estaba viendo la tele, y me dijo: "tenemos que hablar, eh", de nuevo me ruboricé, agache la cabeza y callé.
    
    Recuerdo que en esas semanas, un día que vino el casero, que por cierto venía a menudo, mi padre le dijo a mi madre: "Loli, ven que don Rafael quiere verte". Mi hermano y yo comíamos en la cocina. Mi madre entró en el baño y refunfuñando, en un par de minutos se cambió de ropa saliendo con un albornoz puesto. Me intrigó la situación y al rato fuí a espiar. La puerta de la salita estaba cerrada y yo miré por el agujero de la llave. Veía a mi madre de espaldas y parecía que se sujetaba el albornoz abierto. Mi padre decía a don Rafael que ya parecía que estaba mejor, don Rafael le preguntó a mi madre:” y tú, que, ¿para cuando?”. Mi madre le respondió que a ella le gustaría estar para el fin de semana.
    
    En esos días mi madre era mi auténtica obsesión, me pajeaba continuamente pensando en ella.
    
    Mi madre se estaba duchando, mi hermano jugaba en su habitación, mi padre no estaba en casa. No sé si impulsado por mi obsesión, me armé de valor y entré en el cuarto de baño. Me dijo mi madre que qué hacía ...
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