1. Lorena y su suegro (II)


    Fecha: 06/07/2019, Categorías: Incesto Autor: valenciano41sd, Fuente: CuentoRelatos

    Cuando Lorena vio el tamaño del guebo de su suegro tragó saliva, era inmenso comparado al de su hijo, el viejo vio la cara de sorpresa de su nuera y le dijo.
    
    - Jaja veo que mi hijo no te atiende bien, por eso es que andas de putica buscando guebo en la calle, apuesto que lo tiene más pequeño verdad perrita.
    
    Lorena no decía nada, estaba hipnotizada solo viendo el aparato de su suegro quien se sentía triunfador, poco a poco la mujer se fue arrodillando sin quitar la vista del guebo de su suegro hasta que lo tomo con su mano y comenzó a pajearlo lentamente,
    
    - Que rico putica, así me gusta, disfruta de este guebo, te gusta lo que tienes en las manos.
    
    La mujer se estaba comenzando a calentar otra vez, esta vez el viejo no la estaba tocando era ella quien pajeaba al viejo y el solo le hablaba y aún así sentia que chorreaba jugos por la cuca, solo de ver y sentir ese guebo entre sus manos la ponía muy perra.
    
    El viejo finalmente quitó la mano de su nuera y el mismo con una mano agarro el guebo y con la otra comenzó a guiar la cabeza de Lorena hasta que lo coloco en sus labios,
    
    - Abre lo boquita putica, mamame el guebo como lo estás deseando, comete el guebo de tu macho,
    
    La mujer estaba muy caliente, la forma en que el viejo le hablaba y la trataba la hacían calentar aún más, sin esperas más abrió su boca lo más que pudo y comenzó a subir y bajar en ese palo que la tenía enferma de sexo, atrapaba con sus labios toda la carne que podía, lo metía y lo sacaba de su boca, se lo pasaba por toda la cara, lo llevaba a su nariz para olerlo, se lo pasaba por las mejillas por la frente, la mujer estaba fuera de si y quería pasar ese guebo por toda su cara, quería sentiro en su piel, estaba más caliente que nunca.
    
    El viejo estaba impresionado de lo puta que se había vuelto su nuera, la verdad es que no tuvo que hacer mucho enfuerzo para convencerla de que se lo mamara, ella lo estaba deseando, tal vez tuvo razón cuando pensó y le dijo que su hijo no la tenía bien atendida.
    
    El viejo comenzó a guiar la mamada con sus manos, le coloco una mano en la cabeza de su nuera y la movía a su ritmo, con la otra mano comenzaba a apretar las tetas de la mujer, le pellizcaba los pezones y se los golpeaba suavemente.
    
    - Te gusta perrita, te gusta mamarme el guebo?
    
    - Ahhh si, si mej gudtaj. Dijo la mujer como pudo sin sacar el guebo de la boca.
    
    La mamada duro unos minutos mientras el viejo se sentía en la gloria llevando él el ritmo y manoseando a su antojo a su nuera que estaba caliente como una hornilla.
    
    - Párate putica, le dijo el viejo, ahora sí quítate toda esa ropa que tienes que voy a cogerte como una perrita como tú se merece.
    
    La mujer está vez hizo caso enseguida, el viejo la tenía a su disposición, ya no sentís culpa de estar con su suegro, ahora solo quería disfrutar y no iba perder la oportunidad de probar ese guebo dentro de ella.
    
    La mujer se puso de espaldas al viejo y comenzó a bajarse lentamente la falta dejando ver un culo ...
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