Aprendiendo de Javier II - Relatos Eróticos

Aprendiendo de Javier II

sentí como desabrochaba el botón de mi pantalón, y casi de inmediato su nariz recorría mi sexo, yo estaba demasiado mojada como para evitar que el notara, solté un suspiro mientras el comenzaba a masajear mi clítoris teniendo de por medio la tela de mi tanga rosa.

Aun sobre la tela me beso y sin aviso sentí un pequeño dolor, al mirar hacia abajo note que había desgarrado mi tanga y en ese momento la guardaba en la bolsa de sus jeans.

Dios eso era tan excitante, mirándome a los ojos metió su mano entre mis piernas, yo le di acceso, y empezó a masturbarme sin dejar de mirarme a los ojos. de nuevo sin aviso metió dos dedos en mi intimidad. Yo grite de dolor, aun era virgen, y apesar de la lubricación mi vagina no estaba muy dilatada. De inmediato mi cuerpo se acostumbro y el dolor se transformo en gozo, yo casi gritando apenas me podía sostener en pie.

El se incorporo, y acallo mis gritos con besos apasionados, yo recordé que podíamos ser descubiertos y trate de controlarme, volvió a bajar y entonces sentí la humedad de su lengua en mi clítoris, ¡me estaba llevando al cielo! en un momento de gloria dio un pequeño mordisco y yo no pude soportar mas, con un gemido que parecía mas un grito me desplome en el azulejo.

Me sentí exhausta, nunca había sentido nada igual.

Cuando empece a sentir que la vida me volvía, levante la vista, hay paradas, mirándonos atónitas estaban las dos chicas que antes platicaban con Javier. Una nos miraba, pero por sus muslos apretados sabia que estaba excitada, la otra se mordía el labio. Los colores se me subieron al rostro, y apesar de sentir mucha pena, también sentí como volvía mi excitación.

Javier me puso de rodillas frente el, y de inmediato supe lo que quería.

-¿me devolverás el favor?

Me sentía como una zorra, y una parte de mi estaba muriendo de nervios, solo había hecho eso un par de veces, y con un chico tan inexperto como yo, sin embargo, por la maravillosa demostración que el acababa de darme, era seguro que no seria la primera chica en probarlo.

Igualmente asentí, y dejando que me dominara ese impulso de ser una zorra, empece a masajearlo sobre el pantalón, se sentí enorme, le di un beso y me deshice de su cinturón, y casi al instante estaba bajando su pantalón, ¡Dios mio!, llevaba uno se esos boxers super pegados, que a mi me encantaban.

-seguro te lastima- le dije en tono angelical, el sonrió y asintió con malicía.

-pobrecito- le susurre mientras lo volvía a besar su miembro que se notaba enorme, sobre el boxer.

Las chicas no perdían detalle, pero la mirada atónita que nos lanzaban hace un minuto habia sido cambiada por un par de sonrisas picaras.

Sin mas preámbulo baje su boxer y su miembro brinco inmediatamente frente a mi, ¡ERA ENORME! o por lo menos el mas grande que yo había visto.

deposite un beso en el, el liquido preseminal hacia brillar su glande, y yo como la puta que me sentía en ese momento lo metí en mi boca, trate de comerme toda de una sola vez, pero no ...