1. Por usar mi celular


    Fecha: 25/05/2022, Categorías: Fetichismo Autor: Lore, Fuente: TodoRelatos

    ... volvió a insistir que le mostrara como estaba vestida, pero que no quería fotos para no comprometerse con la posibilidad de que las viera su mujer o mi esposo. Da la casualidad que ese día Juan, mi jefe había viajado a otra ciudad para concretar una obra y mi compañera estaba enferma por lo que no vendría por dos días…estaba sola en la oficina. Entonces me animé y le dije a Ramiro que si quería podía venir hasta mi trabajo, cosa que aprovecho y en una salida de su trabajo se acercó al mío. Al entrar a mi oficina me saludo con un beso en la mejilla haciéndome sentir su perfume rico, me tomo de mi mano derecha y haciéndome girar me dijo lo hermosa que estaba, con un “guauuu” a lo que le pedí que no exagerara; yo estaba vestida con una camisa blanca combinada con cuello con vuelos negros, una camperita de hilo rosa, minifalda color chocolate, botas largas de nobuk color chocolate con tacones altos y le había adelantado por mensaje que llevaba un soutien de encaje negro y pantimedias negras de lycra, o sea sin tanguita. Yo no sabía cómo manejar la situación ya que no esperaba que él cumpliera con venir, pero ahí estaba; y no me sacaba los ojos de encima, hasta que me dijo directamente que deseaba ver para creer, que no usaba tanguita, a lo que le respondí que no se pasara, sonriendo, para nada enojada. Insistió y creí cortarlo con decirle que ni loca lo haría, que se comporte y respete a su compañero de trabajo, mi esposo. A lo que me dijo que Leo siempre le hablaba de mí y lo bien que lo trataba en la cama, por lo que no necesitaba de otras mujeres; y eso más lo ponía loquito y me pedía por favor que accediera a mostrarle. –Ramiro vos estás loco? ¿Cómo se te ocurre que te muestre mis partes íntimas? Y él seguía insistiendo que no tenía nada de malo que solo le muestre, claro que, si yo quería algo más, sería como yo quisiera. Como faltaba media hora para terminar mi jornada laboral, me pidió por favor lo complaciera y que fuéramos a un Motel que él conocía y quedaba cerca, a lo que le respondí con un “ni” y me aseguro que me esperaría afuera para ver si cambiaba de opinión.
    
    Cuando salí afuera allí estaba en su auto, me acerque y le pedí si me llevaba a mi casa y por supuesto acepto diciéndome que así vestida no me dejaría sola sabiendo de tantos degenerados que había en la calle; subí a su auto y emprendimos el viaje muy distendidos charlando de nuestra relación por mensajes, y yo le reconocía que me gustaba saber que él se pondría cachondo leyendo mis descripciones de como vestía sexy. Ramiro no dejaba de mirarme las piernas enfundadas en mis medias de lycra color negro hasta que se animó y poso su mano derecha en mi muslo izquierdo, esperando tal vez a que yo reaccionara mal, pero no me cayó mal ese gesto y lo deje; me acariciaba suavemente desde la rodilla hasta la mitad del muslo y pensé que dejaría que notara lo que le había dicho y relajándome abrí mis piernas como para indicarle que siguiera para que se dé cuenta que no uso tanguita cuando ...