Follando en la sala de cine - Relatos Eróticos

Follando en la sala de cine

... corras.

Llevo falda y un tanga. Lo que facilita mucho que tus manos acaricien mi vulva. Te lames el dedo índice y el corazón y con ellos húmedos recorres con suavidad mis labios vaginales. Estoy muy mojada y cuanto más me acaricias así más caliente me pongo. Te gusta tentarme y jugar conmigo, así que haces varias veces el amago de meterlos y finalmente lo haces sólo porque yo te lo ruego. Me encanta tener tus dedos recorriendo mi interior. Avanzas y haces presión dentro de mí para casi arrancarme un orgasmo.

Cuando los dos estamos tan calientes que ya no aguantamos más, terminamos de desnudarnos y dejamos repartida nuesta ropa por las butacas de nuestra fila. Nos excita tanto estar haciendo esto en un cine. Estas butacas dobles son realmente cómodas y facilitan mucho nuestro encuentro para cumplir esta pequeña fantasía.

Ya sin ropa, me siento a horcajadas sobre ti. Te beso con pasión y tú agarras mi culo con fuerza. Sabes lo mucho que me pone que me azotes, así que no dudas en hacerlo unas cuántas veces.

Introduzco tu pene en mi interior y disfruto sintiendo cómo me llena paso a paso. Cuando entra entera, dedico unos segundos a deleitarme con la simple sensación de tenerla dentro.

Empiezo a moverme de arriba abajo para crear mayor fricción de mi clítoris contra tu pubis y disfrutar con la combinación del roce con la penetración. Me encanta sentir tu polla. Me encanta estar arriba y follarte mientras agarras mi culo o masajeas mis tetas o pellizcas mis pezones. La que manda soy yo, tengo el poder de gestionar el placer como yo quiera y eso me pone muchísimo.

Sigo cabalgando sobre ti unos minutos hasta que cambiamos de postura.

Lo bueno de estas butacas es que incluso podemos tumbarnos sobre ellas, y eso es precisamente lo que hacemos.

Me tumbo y esta vez eres tú el que se pone arriba dispuesto a follarme a mí, y desde luego que me follas.

Me metes la polla con delicadeza y a la vez con decisión. Adoro este instante en el que entras en mí.

Mueves tus caderas rítmicamente y me penetras mientras engancho mis piernas en las tuyas. Te agarro el culo y te pido que me des más, tú me follas aún más duro.

Seguimos follándonos, ya sin poder contener los gemidos, hasta que ambos alcanzamos el clímax a la vez y nos corremos en una maravillosa explosión de fluidos.

Rendidos ante el placer, descansamos unos minutos mientras nos abrazamos. Al poco tiempo, nos damos cuenta de que la película está a punto de terminar. Recogemos la ropa y nos vestimos para estar listos cuando lleguen los créditos.

Se encienden las luces y nos miramos fíjamente, nos sonreímos y nos besamos con tremenda alegría por haber cumplido esta fantasía.

Nos damos la mano y salimos esplendorosos y brillantes de placer tras esta gran experiencia.