El Amor de un sumiso - Relatos Eróticos

El Amor de un sumiso

... todo lo que le pedía, y eso realmente me excitaba, era tan distinto de Hugo, mi primer marido, el cuando descubrió que lo engañe con un vecino, me dio una paliza que me tuvieron que internar, me había roto tres costillas y casi no podía hablar, me habia roto a piñas toda la boca, en cambio el putito de Juan, aceptaba todo, y fue así que desatando el nudo del forro le di a probar los jugos de la pija de Horacio, al principio daba vuelta la cara, basto que le de un cachetazo para que abra la boca, jajaja termino chupando el forro y se tomo toda la lechita mi bebe jajajajaj.

A media tarde vi como Juan y Nicolas conversaban, me arrime a ellos y le dije al muchacho que mi marido no era un deposito de semen, les prohibí volver a verse, hable con mi macho y al muchacho esa misma tarde lo cambiaron de sucursal, el era mi putito, y solo mio. Juan se aparto rápidamente mientras enviaba con su teléfono algún mensaje.

Eran las ocho de la noche cuando vi una mujer gorda que sin pedirle permiso a nadie se metió en la Oficina de Horacio, mi compañera me dijo que era su esposa, los gritos de la mujer se escuchaban por todo el supermercado, estaba realmente alterada, por el intercomunicador me llamaron a gerencia, cuando entre una sombra fugaz y rápida azoto mi mejilla, intente reaccionar, mas no tuve tiempo una andanadas de golpes y de insultos cayeron sobre mi, Horacio intentaba clamar a su mujer, pero la gorda me tenia agarrada de los pelos y me estaba dando una tunda, en solo unos segundos recibí al menos una veintena de golpes en mi cara y en mi espalda, caí de rodillas, ella tiraba de mis pelos y con el puño cerrado me golpeaba la cara, en pocos minutos perdí el conocimiento.

Cuando salí de la clínica, hacia frió, donde estaba Juan? tome un taxi y me dirigí a mi casa, había estado internada por alguna horas, serian las cuatro de la madrugada, me dolía todo el cuerpo, y tenia puntos de sutura en una de mis cejas y en el cuero cabelludo, la loca me había golpeado con un pisapapeles en la cabeza y fue allí cuando perdí el conocimiento, al llegar a casa no había nadie, y Juan, donde estaba? todavía mareada me senté en la mesa de la cocina mientras preparaba un te caliente, recién ahí note un sobre cerrado apoyado en el centro de la mesa, tenia mi nombre en el, comencé a llorar, temblando lo abrí, era de Juan y decía:

-No soporto el dolor, perdóname mi amor, por favor, si tomo esta media de quitarme la vida es solo porque no soporto el dolor de haberte perdido, te amo demasiado y me duele el alma, no soporto el dolor, por favor perdóname, pero es demasiado ver como te regalas a cualquiera, la humillación de verte con otro fue mucho para mi, ojala puedas perdonarme algún día, solo recuerda que mi mayor culpa es amarte como te amo, adiós.-

Algo en mi se rompió en ese momento, por primera vez sentí dolor, ese tipo de dolor que quema, que desgarra el alma, ese dolor de verdad al que nada calma y nada serena, pude por fin darme cuenta que el verdadero ...