1. Yo solo quería trabajar


    Fecha: 30/06/2019, Categorías: Confesiones Autor: Alejandro1986, Fuente: CuentoRelatos

    ... de inmediato noté en su rostro una mirada de que me haría suyo.
    
    Al transcurrir los días ya ni siquiera lo disimulaba y cada vez que yo pasaba ella me daba nalgadas, me abrazaba por detras y acariciaba mi pecho y empezó dándome besos en la mejilla hasta llegar a besos en la boca cómo de novios. Al principio yo no hacía nada yo apenas había terminado una relación y no quería empezar otra pero después de 2 semanas ya no pude resistir más y un día que ella iba pasando extendí toda mi mano e hice lo que había querido hacer desde el primer día que la vi, le di una tremenda nalgada para escuchar cómo tronaban esas pompas pero de esas nalgadas que se dividen en dos partes primero la palmada en la pompa y después el agarrón de pompa a lo que ella primero puso cara de sorprendida pero después simplemente siguió cómo si nada hubiera pasado.
    
    Después de esa nalgada ya nos tratábamos cómo si fuéramos novios, en cada oportunidad que teníamos nos besábamos pero tratábamos de disimular y evitar las manoseadas frente a los otros dos compañeros y al salir del trabajo cada quien se iba por su lado.
    
    Las cosas fueron subiendo de tono muy rápido así que un día que ya habíamos cerrado mientras ella hacia el corte del día les dije a los compañeros que ya se fueran y que yo la esperaría a qué ella saliera para que no se quedara solo a lo que ellos accedieron de inmediato ya que el local se cerraba noche y a esa hora ya casi no pasaban camiones.
    
    En cuanto ellos se fueron yo entré y cerré la puerta, me dirigí hacia donde estaba ella y le pregunté que si le faltaba mucho y ella estaba molesta porque no le cuadraban las cuentas así que la abracé por detrás y lentamente comencé a besar su cuello, lo recorrí todo hasta sus hombros y la tenía sujetada de la cintura, en ese momento ella dejó lo que estaba haciendo y arrimó su cabello para que yo pudiera besarla bien, poco a poco fui subiendo mis manos sobre su playera del uniforme hasta llegar a esas pequeñas montañas que tenía y comencé a acariciarlas fuerte pero a la vez suave, yo trataba de apretarlas y acariciarlas al mismo tiempo y me di cuenta que estaban más suaves y más grandes de lo que imaginaba y ella simplemente puso sus manos sobre las mías para que no dejara de acariciar sus deliciosos pechos.
    
    Por el momento hasta aquí les contaré, se aceptan dudas o comentarios y no se preocupen que en estos días escribiré la segunda parte. Que estén bien. 
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